LIC. MANUEL CAMACHO SOLÍS,
PACIENTE DE GRIPE PORCINA:
*"Cualquier semejanza con la realidad es simple coincidencia".
En la cárcel y en la cama se conoce a los amigos, advierte el viejo proverbio. Por eso, independientemente de las diferencias que por cuestiones de política hemos tenido, te mando mis más sinceros deseos por el pronto restablecimiento de la gripe porcina que parece haberte atacado.
Con estas nuevas inconveniencias de toda índole que nos ha agregado a nuestras crisis ese brote epidémico, recordé algo que alguna vez escribí aquí, en CONFIDENCIAL. Se trató de una denuncia internacional a la que, obviamente, nadie puso atención porque atentaba contra los intereses del equipo de gobierno más poderoso del mundo. Lo encontré fechado el 14 de abril de 2006, titulado Los hombres del presidente y ahora lo recupero para tu lectura. Dice:
"No sería el primer 'supernegocio privado' que se autoriza desde la Casa Blanca,
pero como el actual gobierno estadounidense ha impulsado algunos que ya costaron muchas vidas en Iraq, le entrego el siguiente mensaje que recibí, extractado de una revista científica:
"¿Sabes que el virus de la gripe aviar fue descubierto hace nueve años en Vietnam?
"¿Sabes que desde entonces han muerto apenas 100 personas en todo el mundo todos estos años?
"'¿Sabes que los norteamericanos fueron los que alertaron de la eficacia del Tamiflu (antiviral humano) como preventivo?
"¿Sabes que el Tamiflu apenas alivia algunos síntomas de la gripe común?
"¿Sabes que su eficacia ante la gripe común está cuestionada por gran parte dela comunidad científica?
"¿Sabes que ante un supuesto virus mutante como el H5N1, el Tamiflu apenas alivia la enfermedad?
"¿Sabes que la gripe aviar hasta la fecha sólo afecta a las aves?
"¿Sabes quién comercializa el Tamiflu?:
"Laboratorios Roche.
"¿Sabes a quién compró Roche la patente del Tamiflu en 1996?
"A Gilead Sciences Inc.
"¿Sabes quién era el presidente de Gilead Sciences Inc. y aún hoy es el principal accionista?:
"Donald Rumsfeld, actual secretario de Defensa de USA.
"¿Sabes que la base del Tamiflu es el anís estrellado?
"¿Sabes quién se ha quedado con el 90 por ciento de la producción mundial de este árbol:
"Roche.
"¿Sabes que las ventas del Tamiflu pasaron de 254 millones de dólares en el 2004 a más de mil millones en el 2005?
"¿Sabes cuántos millones más puede ganar Roche en los próximos meses si sigue este negocio del miedo?
"O sea, que el resumen del cuento es el siguiente:
"Los amigos de Bush deciden que un fármaco como el Tamiflu es la solución para una pandemia que aún no se ha producido y que ha causado en todo el mundo 100 muertos en nueve años.
"Este fármaco no cura ni la gripe común.
"El virus no afecta a humanos en condiciones normales.
"Rumsfeld vende la patente del Tamiflu a Roche y ésta le paga una fortuna.
"Roche adquiere el 90 por ciento de la producción del anís estrellado, base del antivírico.
"'Los gobiernos de todo el mundo, amenazados con una pandemia, compran a Roche cantidades industriales del producto.
"Nosotros acabamos pagando el medicamento y Rumsfeld, Cheney y Bush hacen el negocio...
"¿Estamos locos, o somos idiotas
?".
Bueno, pues así estuvo la cosa, Manuel, en aquellos tiempos de la era Bush..., hijo.
¿En qué han cambiado?
Tal parece que en nada, pues ya trascendió desde la semana pasada que la gripe porcina ha generado un incremento de dos por ciento en las acciones de los Laboratorios Gilead; de cuatro por ciento en los de ¡Roche...! y de seis por ciento en los de Glaxo
Ya sabemos que urge encontrar incentivos para la economía, que urge salir cuanto antes de la crisis.
¿Pero podrías imaginar a los cerdos como factores de la recuperación mundial?
Tal vez sí lo hayas pensado. Pero de otros cerdos, de los de dos piernas
Cuídate y recupérate.
jueves, 30 de abril de 2009
miércoles, 29 de abril de 2009
La tortura nunca queda en silencio
Nos rondan como fantasmas. Y se equivocan los que creen que lo vamos a olvidar. La tortura, como la masacre o el genocidio, nunca queda en silencio. Los hechos nunca quedan enterrados del todo.
Al contrario: Si los terribles actos de tortura no se investigan a fondo, arrastramos su memoria durante décadas y no podemos ver con claridad al futuro.
Lo que sabemos de las torturas es que cuatro memorandos secretos del Departamento de Justicia -hechos públicos con la autorización del presidente Barack Obama- prueban que agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) sometieron a dos prisioneros de la organización terrorista al Qaeda a una práctica conocida como "submarino" (o "waterboarding", en inglés). Durante los años 2002 y el 2003, estos prisioneros estuvieron a punto de ahogarse mediante este procedimiento en 266 ocasiones.
Barack Obama y el senador y ex candidato presidencial republicano, John McCain, consideran que esta práctica sí es tortura. El ex presidente George W. Bush y el ex vicepresidente Dick Cheney creen que no lo es. Pero, independientemente de la definición de "tortura", Obama prohibió ya esta práctica.
Cheney, en una entrevista con el canal Fox News, dijo que esas técnicas de interrogatorio fueron muy útiles y sugirió que la información obtenida permitió evitar otros actos terroristas contra Estados Unidos.
"Sí, funcionaron", dijo Cheney. "Nos mantuvieron seguros durante siete años".
Pero eso sólo lo sabe él y un pequeño grupo selecto. No es información pública. Y ahora el mismo Cheney, que siempre guardó un silencio sepulcral sobre este tipo de asuntos, está a favor de que se den a conocer otros memorandos para saber qué beneficios se obtuvieron de esas técnicas brutales de interrogatorio.
La pregunta es: ¿Qué hacer ahora? ¿Investigamos? ¿Se debe crear una comisión independiente sobre la tortura? Ninguna respuesta es fácil. Cualquier solución va a ser dolorosa.
El tema es muy delicado porque afecta los valores esenciales de Estados Unidos. Antes de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001, la política exterior de Estados Unidos se basaba en la promoción de la democracia, el libre comercio y los derechos humanos. Pero si se confirma que el gobierno de Bush torturó prisioneros, entonces se resquebrajaría la percepción que Estados Unidos tiene de sí mismo y se dañaría aún más la imagen de la nación en el mundo.
Pero aún así tenemos que saber qué pasó, para que no se repita.
Entiendo que éste es un serio problema político para Obama. Desde luego quiere evitarse meses y meses de testimonios polémicos en el Congreso sobre posibles torturas a prisioneros, sobre todo cuando el país necesita poner toda su atención en la recuperación económica.
"Me preocupa que esto se politice tanto que dejaríamos de funcionar de una manera eficaz", dijo el presidente recientemente.
Pero este es un tema que no se puede enterrar o hacerlo desaparecer como por arte de magia.
Los estadounidenses tienen derecho de saber exactamente qué pasó con los prisioneros de guerra en sus prisiones: en Abu Ghraib, en Guantánamo y en las prisiones secretas que instaló Estados Unidos en países aliados.
Y no sólo eso. Aún no sabemos las verdaderas razones por las que se desató la guerra contra Irak. Saddam Hussein, aunque era un dictador terrible, nada tuvo que ver con los actos terroristas del 9/11. Además, en Irak nunca se encontraron armas de destrucción masiva. Es preciso saber por qué realmente se inició esa guerra. Miles han muerto por esas decisiones.
Obama, es cierto, tiene muchas cosas urgentes con qué lidiar y prefiere ver hacia adelante. Pero no puede borrar la historia. Prometió transparencia durante la campaña y eso es lo que espera el 64 por ciento de los norteamericanos que, según una encuesta de la agencia de noticias The Associated Press, cree que el presidente está haciendo un buen trabajo al cumplir sus 100 primeros días en el poder.
Hay distintas formas de enfrentar el asunto de la tortura en Estados Unidos: desde una comisión parecida a la creada para analizar el 9/11 hasta audiencias congresionales e investigaciones dirigidas por el Departamento de Justicia. Lo que sea, menos quedarse callado.
Esto es lo que ocurre en las verdaderas democracias. Los gobernantes tienen que rendir cuentas a los gobernados. Y, luego, que se sepa la verdad. Caiga quien caiga.
Al contrario: Si los terribles actos de tortura no se investigan a fondo, arrastramos su memoria durante décadas y no podemos ver con claridad al futuro.
Lo que sabemos de las torturas es que cuatro memorandos secretos del Departamento de Justicia -hechos públicos con la autorización del presidente Barack Obama- prueban que agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) sometieron a dos prisioneros de la organización terrorista al Qaeda a una práctica conocida como "submarino" (o "waterboarding", en inglés). Durante los años 2002 y el 2003, estos prisioneros estuvieron a punto de ahogarse mediante este procedimiento en 266 ocasiones.
Barack Obama y el senador y ex candidato presidencial republicano, John McCain, consideran que esta práctica sí es tortura. El ex presidente George W. Bush y el ex vicepresidente Dick Cheney creen que no lo es. Pero, independientemente de la definición de "tortura", Obama prohibió ya esta práctica.
Cheney, en una entrevista con el canal Fox News, dijo que esas técnicas de interrogatorio fueron muy útiles y sugirió que la información obtenida permitió evitar otros actos terroristas contra Estados Unidos.
"Sí, funcionaron", dijo Cheney. "Nos mantuvieron seguros durante siete años".
Pero eso sólo lo sabe él y un pequeño grupo selecto. No es información pública. Y ahora el mismo Cheney, que siempre guardó un silencio sepulcral sobre este tipo de asuntos, está a favor de que se den a conocer otros memorandos para saber qué beneficios se obtuvieron de esas técnicas brutales de interrogatorio.
La pregunta es: ¿Qué hacer ahora? ¿Investigamos? ¿Se debe crear una comisión independiente sobre la tortura? Ninguna respuesta es fácil. Cualquier solución va a ser dolorosa.
El tema es muy delicado porque afecta los valores esenciales de Estados Unidos. Antes de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001, la política exterior de Estados Unidos se basaba en la promoción de la democracia, el libre comercio y los derechos humanos. Pero si se confirma que el gobierno de Bush torturó prisioneros, entonces se resquebrajaría la percepción que Estados Unidos tiene de sí mismo y se dañaría aún más la imagen de la nación en el mundo.
Pero aún así tenemos que saber qué pasó, para que no se repita.
Entiendo que éste es un serio problema político para Obama. Desde luego quiere evitarse meses y meses de testimonios polémicos en el Congreso sobre posibles torturas a prisioneros, sobre todo cuando el país necesita poner toda su atención en la recuperación económica.
"Me preocupa que esto se politice tanto que dejaríamos de funcionar de una manera eficaz", dijo el presidente recientemente.
Pero este es un tema que no se puede enterrar o hacerlo desaparecer como por arte de magia.
Los estadounidenses tienen derecho de saber exactamente qué pasó con los prisioneros de guerra en sus prisiones: en Abu Ghraib, en Guantánamo y en las prisiones secretas que instaló Estados Unidos en países aliados.
Y no sólo eso. Aún no sabemos las verdaderas razones por las que se desató la guerra contra Irak. Saddam Hussein, aunque era un dictador terrible, nada tuvo que ver con los actos terroristas del 9/11. Además, en Irak nunca se encontraron armas de destrucción masiva. Es preciso saber por qué realmente se inició esa guerra. Miles han muerto por esas decisiones.
Obama, es cierto, tiene muchas cosas urgentes con qué lidiar y prefiere ver hacia adelante. Pero no puede borrar la historia. Prometió transparencia durante la campaña y eso es lo que espera el 64 por ciento de los norteamericanos que, según una encuesta de la agencia de noticias The Associated Press, cree que el presidente está haciendo un buen trabajo al cumplir sus 100 primeros días en el poder.
Hay distintas formas de enfrentar el asunto de la tortura en Estados Unidos: desde una comisión parecida a la creada para analizar el 9/11 hasta audiencias congresionales e investigaciones dirigidas por el Departamento de Justicia. Lo que sea, menos quedarse callado.
Esto es lo que ocurre en las verdaderas democracias. Los gobernantes tienen que rendir cuentas a los gobernados. Y, luego, que se sepa la verdad. Caiga quien caiga.
El efecto de los gérmenes
En el magnífico libro Armas, gérmenes y acero, se pregunta por qué Europa occidental acabó dominando a las demás regiones del mundo. El biólogo comienza su investigación con un gran enigma: ¿Por qué fue el rey Carlos I de España el que conquistó al emperador inca Atahualpa y no lo contrario? ¿Cómo es posible que Francisco Pizarro con una tropa de 169 soldados haya sojuzgado a uno de los pueblos más desarrollados de América que contaba con un ejército de ochenta mil efectivos?
Parte de la explicación tiene que ver con el desarrollo tecnológico del acero y de las armas que permitió una superioridad en la capacidad de guerrear de los europeos frente a los americanos. Pero en la conquista inca pesó más el tema de los gérmenes.
Diamond argumenta que hoy, gracias a descubrimientos de la biología molecular, sabemos que muchas epidemias de enfermedades humanas evolucionaron de epidemias de enfermedades animales. La viruela puede haber evolucionado de la domesticación de los camellos. El sarampión se desarrolló de una enfermedad del ganado domesticado. Las poblaciones euroasiáticas tuvieron contacto con estos animales hace once mil años y sufrieron múltiples epidemias que diezmaron sus poblaciones. Gradualmente los euroasiáticos desarrollaron inmunidad y resistencia genética a estas enfermedades de origen animal. Pero los indígenas americanos, que no tenían grandes animales domésticos salvo las llamas, nunca desarrollaron dicha protección. Cuando los españoles llegaron a América, los indígenas ya estaban derrotados: no tenían defensas en contra de los gérmenes que traían consigo los conquistadores. Antes de poder pelear eficazmente, se enfermaron y murieron. Diamond menciona que hasta el 95% de la población indígena pudo haber perecido por causa de los gérmenes euroasiáticos.
Diamond cuenta, por ejemplo, que en 1540 el conquistador Hernando de Soto llegó a la región sudeste de lo que hoy son los Estados Unidos. El español encontró pueblos abandonados en su camino. Todos los indios habían muertos de enfermedades como la viruela, sarampión, tifus e influenza. ¿Cómo fue posible? Años antes otros conquistadores europeos habían bajado a la costa norteamericana con todo y sus animales, incluyendo los cerdos, mamífero domesticado en Asia que luego pasó a Europa, y que, hoy se sabe, es el originario de enfermedades como la influenza y la sarna. La sola presencia de estos animales, con todo y sus gérmenes, produjo una devastación no sólo de los indígenas sino de toda la flora y fauna de la región.
En cuanto a lo que hoy es México, Diamond menciona que ocurrió lo mismo que con los incas. Un ejército reducido de españoles sometió al imperio azteca, pueblo guerrero, desarrollado y con una capital esplendorosa como era la Gran Tenochtitlán. La principal arma que tuvieron los europeos a su favor fueron los gérmenes. Una epidemia de viruela, por ejemplo, mató al emperador Cuitláhuac. En Ensayo sobre la historia de la población: México y el Caribe, Sherburne Cook y Woodrow Borah calculan "que la población en México disminuyó de 25.2 millones en 1518 a 700 mil personas en 1623", ¡una caída del 97% de los habitantes originales! ¿La razón? Las grandes epidemias, en particular de viruela, según muestran estudios históricos.
Así que cuando hablamos de epidemias, los mexicanos tenemos razones históricas para alarmarnos. Esta región ya fue devastada por gérmenes que eran desconocidos para la población. Escribo esto no con el ánimo de alertar más a la población ahora que hay una epidemia de influenza porcina. Todo lo contrario. Hoy, a diferencia de hace quinientos años, la sociedad está mejor organizada, cuenta con apoyo internacional y, sobre todo, existe un desarrollo científico impresionante.
Todavía no hay números definitivos, pero quizá haya un centenar de fallecidos a causa del virus de la influenza porcina. Sin embargo, como ha dicho Armando Ahued, secretario de salud del gobierno capitalino: "hay que destacar que sí hay pacientes recuperados. El medicamento con el que contamos sí está funcionando y este mensaje debe dar calma a la población, por eso es de alta importancia que, si presentan algún síntoma, acudan de inmediato al doctor". La epidemia actual es curable si se detecta a tiempo. Todo indica que no tenemos frente a nosotros otro cuadro apocalíptico como el ocurrido en tiempos de la conquista.
Eso, por supuesto, no borra el efecto psicológico de este asunto. Conforme crece la cobertura noticiosa sobre la epidemia, es normal que la gente sienta temor y hasta pánico. Las escenas en las calles tampoco ayudan. De pronto, la ciudad de México está vacía, los eventos se cancelan y las pocas personas que salen a las calles se ponen un tapabocas. Todo mundo se mira con recelo. Se cree que el vecino está contagiado. También comienzan las hipocondrías. Imaginariamente se sienten los síntomas de la gripa porcina. Muchos asisten al doctor para calmar su miedo y ansiedad.
El efecto psicológico está muy correlacionado con la cobertura mediática sobre la epidemia. A mayor amplitud y profundidad de la noticia, mayor miedo se genera. Ciertamente, la falta de información pone nerviosa a la gente. Pero, paradójicamente, el mismo sentimiento se produce cuando hay mucha información. De ahí la necesidad de informar bien, pero equilibradamente. Sin amarillismo ni estridencia. Alertar a la población sin generar pánico. Ese es el reto del gobierno y de los medios en esta coyuntura crítica.
Hay razones para estar preocupados. Nuestra historia no nos ayuda. La Gran Tenochtitlán ya fue devastada una vez por los gérmenes. Pero en esta ocasión tenemos buenos motivos para estar tranquilos: hoy sabemos que hay una epidemia (los aztecas no lo sabían) y la nueva cepa de influenza es curable si se detecta a tiempo. Por lo pronto, que cada quien se proteja a sí mismo y a su familia para evitar el contagio. Simple y sencillamente: hay que cuidarse siguiendo las indicaciones de las autoridades. Así de sencillo, aunque suene desesperante.
Parte de la explicación tiene que ver con el desarrollo tecnológico del acero y de las armas que permitió una superioridad en la capacidad de guerrear de los europeos frente a los americanos. Pero en la conquista inca pesó más el tema de los gérmenes.
Diamond argumenta que hoy, gracias a descubrimientos de la biología molecular, sabemos que muchas epidemias de enfermedades humanas evolucionaron de epidemias de enfermedades animales. La viruela puede haber evolucionado de la domesticación de los camellos. El sarampión se desarrolló de una enfermedad del ganado domesticado. Las poblaciones euroasiáticas tuvieron contacto con estos animales hace once mil años y sufrieron múltiples epidemias que diezmaron sus poblaciones. Gradualmente los euroasiáticos desarrollaron inmunidad y resistencia genética a estas enfermedades de origen animal. Pero los indígenas americanos, que no tenían grandes animales domésticos salvo las llamas, nunca desarrollaron dicha protección. Cuando los españoles llegaron a América, los indígenas ya estaban derrotados: no tenían defensas en contra de los gérmenes que traían consigo los conquistadores. Antes de poder pelear eficazmente, se enfermaron y murieron. Diamond menciona que hasta el 95% de la población indígena pudo haber perecido por causa de los gérmenes euroasiáticos.
Diamond cuenta, por ejemplo, que en 1540 el conquistador Hernando de Soto llegó a la región sudeste de lo que hoy son los Estados Unidos. El español encontró pueblos abandonados en su camino. Todos los indios habían muertos de enfermedades como la viruela, sarampión, tifus e influenza. ¿Cómo fue posible? Años antes otros conquistadores europeos habían bajado a la costa norteamericana con todo y sus animales, incluyendo los cerdos, mamífero domesticado en Asia que luego pasó a Europa, y que, hoy se sabe, es el originario de enfermedades como la influenza y la sarna. La sola presencia de estos animales, con todo y sus gérmenes, produjo una devastación no sólo de los indígenas sino de toda la flora y fauna de la región.
En cuanto a lo que hoy es México, Diamond menciona que ocurrió lo mismo que con los incas. Un ejército reducido de españoles sometió al imperio azteca, pueblo guerrero, desarrollado y con una capital esplendorosa como era la Gran Tenochtitlán. La principal arma que tuvieron los europeos a su favor fueron los gérmenes. Una epidemia de viruela, por ejemplo, mató al emperador Cuitláhuac. En Ensayo sobre la historia de la población: México y el Caribe, Sherburne Cook y Woodrow Borah calculan "que la población en México disminuyó de 25.2 millones en 1518 a 700 mil personas en 1623", ¡una caída del 97% de los habitantes originales! ¿La razón? Las grandes epidemias, en particular de viruela, según muestran estudios históricos.
Así que cuando hablamos de epidemias, los mexicanos tenemos razones históricas para alarmarnos. Esta región ya fue devastada por gérmenes que eran desconocidos para la población. Escribo esto no con el ánimo de alertar más a la población ahora que hay una epidemia de influenza porcina. Todo lo contrario. Hoy, a diferencia de hace quinientos años, la sociedad está mejor organizada, cuenta con apoyo internacional y, sobre todo, existe un desarrollo científico impresionante.
Todavía no hay números definitivos, pero quizá haya un centenar de fallecidos a causa del virus de la influenza porcina. Sin embargo, como ha dicho Armando Ahued, secretario de salud del gobierno capitalino: "hay que destacar que sí hay pacientes recuperados. El medicamento con el que contamos sí está funcionando y este mensaje debe dar calma a la población, por eso es de alta importancia que, si presentan algún síntoma, acudan de inmediato al doctor". La epidemia actual es curable si se detecta a tiempo. Todo indica que no tenemos frente a nosotros otro cuadro apocalíptico como el ocurrido en tiempos de la conquista.
Eso, por supuesto, no borra el efecto psicológico de este asunto. Conforme crece la cobertura noticiosa sobre la epidemia, es normal que la gente sienta temor y hasta pánico. Las escenas en las calles tampoco ayudan. De pronto, la ciudad de México está vacía, los eventos se cancelan y las pocas personas que salen a las calles se ponen un tapabocas. Todo mundo se mira con recelo. Se cree que el vecino está contagiado. También comienzan las hipocondrías. Imaginariamente se sienten los síntomas de la gripa porcina. Muchos asisten al doctor para calmar su miedo y ansiedad.
El efecto psicológico está muy correlacionado con la cobertura mediática sobre la epidemia. A mayor amplitud y profundidad de la noticia, mayor miedo se genera. Ciertamente, la falta de información pone nerviosa a la gente. Pero, paradójicamente, el mismo sentimiento se produce cuando hay mucha información. De ahí la necesidad de informar bien, pero equilibradamente. Sin amarillismo ni estridencia. Alertar a la población sin generar pánico. Ese es el reto del gobierno y de los medios en esta coyuntura crítica.
Hay razones para estar preocupados. Nuestra historia no nos ayuda. La Gran Tenochtitlán ya fue devastada una vez por los gérmenes. Pero en esta ocasión tenemos buenos motivos para estar tranquilos: hoy sabemos que hay una epidemia (los aztecas no lo sabían) y la nueva cepa de influenza es curable si se detecta a tiempo. Por lo pronto, que cada quien se proteja a sí mismo y a su familia para evitar el contagio. Simple y sencillamente: hay que cuidarse siguiendo las indicaciones de las autoridades. Así de sencillo, aunque suene desesperante.
No somos idiotas
Las autoridades federales y del Distrito Federal tienen una cosa en común: creen que somos idiotas. En casi seis días de epidemia de influenza, han ejecutado acciones sobre las rodillas, de manera no integral, sin importar que sean medidas radicales o insuficientes, y con una notable incapacidad para transmitir mensajes a la altura de la emergencia. En el camino, aplastan la Constitución y disputan absurdamente el protagonismo político. Inyectaron pánico a la sociedad, que cuando se entere que no le han estado hablando con toda la verdad, el paso a la indignación será corto.
El detonante fue el jueves 23 de abril a las 16 horas, cuando en la Secretaría de Salud federal recibieron una notificación del gobierno de Canadá sobre cepas de influenza que habían enviado para su análisis, que daban positivo sobre el virus denominado A-H1N1, que era una mutación del virus de la influenza porcina. A las 19 horas de ese mismo día, llegó la confirmación del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades en Atlanta (CDC), donde de las 18 cepas que revisaron, 17 dieron positivo, con el genotipo que habían encontrado en un paciente en California. El gobierno federal entró en su propio pánico.
A las 21 horas de ese jueves, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, anunció la alerta de emergencia contra la influenza y dio a conocer, sin que se hubiera hablado con ninguna autoridad académica fuera de la Secretaría de Educación Pública, que al día siguiente no habría clases en toda la zona metropolitana. Lo que hizo Córdova fue esbozar un estado de excepción, contemplado en el artículo 29 constitucional, pero que no establece provisión para una alerta sanitaria. Además, ignoró al Consejo de Salubridad General, que de acuerdo con la Constitución es la segunda autoridad sanitaria del país después del Presidente.
El viernes 24 el Presidente se convocó al Consejo de Salubridad General. Ahí las autoridades de salud mostraron el mapa de la epidemia y explicaron que no había sido posible determinarla con la información que disponían. La reunión fue ríspida, y a varios incomodó que el subsecretario de Salud Mauricio Hernández les dijera que el virus era tan nuevo como "el sarampión" que trajo a México Hernán Cortés durante la Conquista (en realidad, lo que trajo fue la viruela). Adelantó que expertos de la Organización Mundial de Salud (OMS) estaban por llegar a México para hacer el modelo matemático del virus, y Córdova dijo que no eran dos entidades con casos sospechosos, sino cinco. Hubo consenso de que en el curso del fin de semana se anunciaría el regreso a clases para el jueves 30 de abril.
El sábado 25, varios participantes en la reunión escucharon a Córdova declarar a la prensa que "ni la mitad" de las entidades del país tenían casos sospechosos del virus, lo que ya contrastaba con la cifra de cinco de la noche anterior. Sorpresa mayor fue cuando el secretario de Educación, Alonso Lujambio, anunció que el regreso a clases sería hasta el jueves 6 de mayo. Con la molestia incubada, el lunes se celebró la siguiente reunión del Consejo de Salubridad, donde Córdova admitió que habían casos sospechosos en las 32 entidades del país.
En esa reunión cuestionaron al responsable del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, Miguel Ángel Lezana, quien no pudo entregar el perfil de los contagiados edad, sexo, origen-. Tampoco pudo decir en dónde había sido origen del contagio, para que se pudiera estudiar a fondo el virus. Menos aún pudo dar la cifra exacta de contagios, lo que motivó la molestia de los especialistas por la falta de precisión en el dato epidemiológico.
Al desastre declarativo se sumó Javier Lozano, secretario de Trabajo, incapaz de dar una cifra precisa sobre ausentismo laboral dijo que era entre 1 y 3%, ¿o sea 2%- y de la canciller Patricia Espinosa, que con el alud de opinión pública mundial negativa sobre México, guardó silencio sobre la liberación de la OMS para que cada país decida si prohíbe viajar a México, y no dijo nada que Estados Unidos ya emitió una alerta para no viajar a México.
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, hizo lo suyo. Se puso a competir con el gobierno federal por los espacios de opinión pública, con ruedas de prensa continuas donde no dijo prácticamente nada, y tomando acciones unilaterales y desorganizadas que sólo generaron inconformidad, como el cierre de los 35 mil restaurantes en la capital federal, ante la falta de una medida similar en el estado de México. Ebrard parece estar tapando culpas por el descontento en el sector salud capitalino contra su secretario, Armando Ahued, quien ocultó por seis días que tenían un casi de infección mortal de influenza con la orden de guardar silencio.
Ebrard puso a Ahued a dar entrevistas, donde da datos del avance de la enfermedad que antes había ocultado. Pero en las reuniones del Consejo de Salubridad General, es mudo. Lo único que ha hecho es congraciarse con la Secretaría de Salud federal, en la dicotomía sobre en dónde y cómo reconocen al gobierno federal. En público, Ebrard ignora que existe un Presidente constitucional; en privado pide ayuda. Su disputa es política, lucrando de un problema de salud pública.
En la suma, los dos gobiernos han jugado con la comunicación política y la inteligencia emocional de los mexicanos, aprovechando que el miedo afecta todavía más la inteligencia racional. Pero la influenza porcina es más grande que ellos y llegará el momento en que tengan que rendir cuentas a la población a la que han estado manipulando y engañando. Para esto, quizás, no falte mucho.
El detonante fue el jueves 23 de abril a las 16 horas, cuando en la Secretaría de Salud federal recibieron una notificación del gobierno de Canadá sobre cepas de influenza que habían enviado para su análisis, que daban positivo sobre el virus denominado A-H1N1, que era una mutación del virus de la influenza porcina. A las 19 horas de ese mismo día, llegó la confirmación del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades en Atlanta (CDC), donde de las 18 cepas que revisaron, 17 dieron positivo, con el genotipo que habían encontrado en un paciente en California. El gobierno federal entró en su propio pánico.
A las 21 horas de ese jueves, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, anunció la alerta de emergencia contra la influenza y dio a conocer, sin que se hubiera hablado con ninguna autoridad académica fuera de la Secretaría de Educación Pública, que al día siguiente no habría clases en toda la zona metropolitana. Lo que hizo Córdova fue esbozar un estado de excepción, contemplado en el artículo 29 constitucional, pero que no establece provisión para una alerta sanitaria. Además, ignoró al Consejo de Salubridad General, que de acuerdo con la Constitución es la segunda autoridad sanitaria del país después del Presidente.
El viernes 24 el Presidente se convocó al Consejo de Salubridad General. Ahí las autoridades de salud mostraron el mapa de la epidemia y explicaron que no había sido posible determinarla con la información que disponían. La reunión fue ríspida, y a varios incomodó que el subsecretario de Salud Mauricio Hernández les dijera que el virus era tan nuevo como "el sarampión" que trajo a México Hernán Cortés durante la Conquista (en realidad, lo que trajo fue la viruela). Adelantó que expertos de la Organización Mundial de Salud (OMS) estaban por llegar a México para hacer el modelo matemático del virus, y Córdova dijo que no eran dos entidades con casos sospechosos, sino cinco. Hubo consenso de que en el curso del fin de semana se anunciaría el regreso a clases para el jueves 30 de abril.
El sábado 25, varios participantes en la reunión escucharon a Córdova declarar a la prensa que "ni la mitad" de las entidades del país tenían casos sospechosos del virus, lo que ya contrastaba con la cifra de cinco de la noche anterior. Sorpresa mayor fue cuando el secretario de Educación, Alonso Lujambio, anunció que el regreso a clases sería hasta el jueves 6 de mayo. Con la molestia incubada, el lunes se celebró la siguiente reunión del Consejo de Salubridad, donde Córdova admitió que habían casos sospechosos en las 32 entidades del país.
En esa reunión cuestionaron al responsable del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, Miguel Ángel Lezana, quien no pudo entregar el perfil de los contagiados edad, sexo, origen-. Tampoco pudo decir en dónde había sido origen del contagio, para que se pudiera estudiar a fondo el virus. Menos aún pudo dar la cifra exacta de contagios, lo que motivó la molestia de los especialistas por la falta de precisión en el dato epidemiológico.
Al desastre declarativo se sumó Javier Lozano, secretario de Trabajo, incapaz de dar una cifra precisa sobre ausentismo laboral dijo que era entre 1 y 3%, ¿o sea 2%- y de la canciller Patricia Espinosa, que con el alud de opinión pública mundial negativa sobre México, guardó silencio sobre la liberación de la OMS para que cada país decida si prohíbe viajar a México, y no dijo nada que Estados Unidos ya emitió una alerta para no viajar a México.
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, hizo lo suyo. Se puso a competir con el gobierno federal por los espacios de opinión pública, con ruedas de prensa continuas donde no dijo prácticamente nada, y tomando acciones unilaterales y desorganizadas que sólo generaron inconformidad, como el cierre de los 35 mil restaurantes en la capital federal, ante la falta de una medida similar en el estado de México. Ebrard parece estar tapando culpas por el descontento en el sector salud capitalino contra su secretario, Armando Ahued, quien ocultó por seis días que tenían un casi de infección mortal de influenza con la orden de guardar silencio.
Ebrard puso a Ahued a dar entrevistas, donde da datos del avance de la enfermedad que antes había ocultado. Pero en las reuniones del Consejo de Salubridad General, es mudo. Lo único que ha hecho es congraciarse con la Secretaría de Salud federal, en la dicotomía sobre en dónde y cómo reconocen al gobierno federal. En público, Ebrard ignora que existe un Presidente constitucional; en privado pide ayuda. Su disputa es política, lucrando de un problema de salud pública.
En la suma, los dos gobiernos han jugado con la comunicación política y la inteligencia emocional de los mexicanos, aprovechando que el miedo afecta todavía más la inteligencia racional. Pero la influenza porcina es más grande que ellos y llegará el momento en que tengan que rendir cuentas a la población a la que han estado manipulando y engañando. Para esto, quizás, no falte mucho.
Malvado humor negro
Rumsfeld. Está clarísimo. Los gringos -gracias a la heroica insurrección sunnita- no pudieron apoderarse del petróleo de Irak. Esto produjo la actual crisis financiera. Entonces en sus laboratorios biotecnológicos secretos produjeron una nueva forma de influenza con la plena conciencia de que no existían vacunas para prevenirla, pero sí medicinas para curar sus efectos. Y esas medicinas eran propiedad de la compañía transnacional presidida por el exsecretario de la Defensa de EUA, Ronald Rumsfeld. Todos los infectados tendrían que comprar esas medicinas, o sus gobiernos para evitar una gravísima crisis social y política. Entonces lanzaron la nueva cepa y les está dando resultados. Todos los laboratorios transnacionales están ganando dólares como nunca. Todo es una burda manipulación para darle dinero a las transnacionales. Les falló apoderarse del petróleo en Medio Oriente, ahora se la están cobrando con el miedo de la gente en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud está comprada por ellos. Todos los gobiernos también. ¡Desgraciados imperialistas, malditas transnacionales!
Muertos. Ellos lo sabían. Los laboratorios biocriminales conocían que, mientras los pacientes estadounidenses irían de inmediato al médico para que les recetase y librar el problema, los mexicanos esperarían uno o dos días para acercarse a los malos servicios de salud, programados por el Consenso de Washington contra los pobres. Suficiente. Entonces los estadounidenses o europeos no morirían, mientras los mexicanos sí. Y eso les daría el margen suficiente para declarar el nivel adecuado de emergencia, para incrementar exponencialmente sus ganancias.
Calderón y Ebrard cómplices. El gobierno federal sabía desde hace semanas lo que se nos venía encima. Lo dejaron pasar para generar una campaña de miedo, igual que en el 2006. Es una verdadera lástima pero Marcelo Ebrard está cooperando con Calderón -ya ven: los restaurantes sólo pueden vender comida para llevar, no hay estadios abiertos para el futbol- para deshacerse del líder del pueblo bueno y trabajador, generoso y patriota. Este es un complo contra nuestro líder. El imperialismo, las transnacionales, el gobierno espurio y, los Chuchos (todos con tapabocas) y también Ebrard contra el Rayito de Esperanza. ¡Ojalá y sus médicos lo atiendan para evitar se enferme! Ese sería un paso superior del complo.
La mafia. ¡Ustedes creen que si AMLO fuese presidente, la mafia que le robó la Presidencia se hubiese atrevido a esta campaña criminal? ¡Nunca!; en cuanto se hubiesen conocido los primeros efectos de este complo, como "primero los pobres", las autoridades no hubiesen ocultado nada y habrían regalado las medicinas necesarias para derrotar a la influenza de los puercos. ¡Nunca mejor llamada!
El temblor en el DF: "Mira como tiemblo, puerca influenza". Dios no quiere a los chilangos, otra vez se demostró. Es el castigo de Dios por el fraude de julio del 2006. Y lo que falta de aquí al 2010 y al 2012, según lo anunciaran los mayas y Nostradamus.
Las masas. Se trata de evitar a toda costa que se reúnan las masas. Cuando la gente se reúne por miles, surge en forma natural el grito de "Es un honor/ estar con Obrador". Por eso se impide de todas las formas posibles se presenten grandes concentraciones. La manera de derrotar la próxima revolución es la soledad del individuo. Aislado frente a la historia; impotente frente al mandato de los dueños del universo. Por eso la mejor manera de derrotarlos es generar muchas concentraciones en las plazas principales del país, incluyendo el Zócalo. ¡Esperemos la consigna! "Influenza complotista/te tenemos en la lista". ¡A reunirnos todos, aunque sea para bailar!
Muertos. Ellos lo sabían. Los laboratorios biocriminales conocían que, mientras los pacientes estadounidenses irían de inmediato al médico para que les recetase y librar el problema, los mexicanos esperarían uno o dos días para acercarse a los malos servicios de salud, programados por el Consenso de Washington contra los pobres. Suficiente. Entonces los estadounidenses o europeos no morirían, mientras los mexicanos sí. Y eso les daría el margen suficiente para declarar el nivel adecuado de emergencia, para incrementar exponencialmente sus ganancias.
Calderón y Ebrard cómplices. El gobierno federal sabía desde hace semanas lo que se nos venía encima. Lo dejaron pasar para generar una campaña de miedo, igual que en el 2006. Es una verdadera lástima pero Marcelo Ebrard está cooperando con Calderón -ya ven: los restaurantes sólo pueden vender comida para llevar, no hay estadios abiertos para el futbol- para deshacerse del líder del pueblo bueno y trabajador, generoso y patriota. Este es un complo contra nuestro líder. El imperialismo, las transnacionales, el gobierno espurio y, los Chuchos (todos con tapabocas) y también Ebrard contra el Rayito de Esperanza. ¡Ojalá y sus médicos lo atiendan para evitar se enferme! Ese sería un paso superior del complo.
La mafia. ¡Ustedes creen que si AMLO fuese presidente, la mafia que le robó la Presidencia se hubiese atrevido a esta campaña criminal? ¡Nunca!; en cuanto se hubiesen conocido los primeros efectos de este complo, como "primero los pobres", las autoridades no hubiesen ocultado nada y habrían regalado las medicinas necesarias para derrotar a la influenza de los puercos. ¡Nunca mejor llamada!
El temblor en el DF: "Mira como tiemblo, puerca influenza". Dios no quiere a los chilangos, otra vez se demostró. Es el castigo de Dios por el fraude de julio del 2006. Y lo que falta de aquí al 2010 y al 2012, según lo anunciaran los mayas y Nostradamus.
Las masas. Se trata de evitar a toda costa que se reúnan las masas. Cuando la gente se reúne por miles, surge en forma natural el grito de "Es un honor/ estar con Obrador". Por eso se impide de todas las formas posibles se presenten grandes concentraciones. La manera de derrotar la próxima revolución es la soledad del individuo. Aislado frente a la historia; impotente frente al mandato de los dueños del universo. Por eso la mejor manera de derrotarlos es generar muchas concentraciones en las plazas principales del país, incluyendo el Zócalo. ¡Esperemos la consigna! "Influenza complotista/te tenemos en la lista". ¡A reunirnos todos, aunque sea para bailar!
sábado, 25 de abril de 2009
Rostros verdaderos
Me llegan al correo electrónico las quejas de no pocos candidatos, sobre todo de Acción Nacional, respecto a las campañas de descalificaciones de las que son objetos por parte de sus adversarios e incluso de críticos de diversas tendencias y con espacios en los medios informativos con presencia en cada plaza. Alguno de ellos, además, reclama su derecho a ser rico y tener ingresos fuera de las gestiones públicas como demostración fehaciente de su éxito personal ante un conglomerado asfixiado que, naturalmente, no le llega ni a los zapatos; y otro explica que por una sola noche de juerga le llaman borracho como si no fuera un ser humano común, con defectos incluidos, capaz de desfogarse de vez en cuando.
fin, las distorsiones son múltiples y por ello me abstengo de citar los nombres de los postulantes en ristre aun cuando cuento con registro puntual de cada uno de ellos porque, claro, de ganar las posiciones legislativas a las que se postularon cada justificación será un antecedente para moldear criterios respecto a los saldos de actuaciones y gestiones políticas llegada la hora. Es curioso: ninguno de los aludidos, ni siquiera por asomo de sencillez republicana, tolera el menor ejercicio de autocrítica lo que los ubica en el mismo plano de aquel legendario personaje del "polivoz", Eduardo Manzano, quien, contoneándose, exclamaba a los cuatros vientos sintiéndose arropado por la devoción de su progenitora:
--¡Ahí... madre!¡Ahí...! expresión grotesca de vanidad imparable en el linde de la egolatría-.
Porque, claro, en el palenque de la lid comicial, todos son aspirantes a la santidad. En las fotografías se les observa, muy orondos, compartiendo espacios con esposas, hijos y hasta nietos, en semicírculos entrañables en los que no tienen cabida reproches ni episodios deshonrosos como los que, por ejemplo, atosigaron a Sarah Palin, la derrotada aspirante republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos presentada como madre de una menor de edad quien había gestado a una pequeñita fuera de tiempo y sin matrimonio. Fue entonces, ante este "descubrimiento", cuando los votantes comenzaron a cuestionarse si el carisma de la dama era tan superficial como su supuesta férrea moral; y acabó siendo arrollada por la opinión pública.
En México, en cambio, nos enteramos de algunas severas irregularidades personales de los hombres públicos cuando éstos ya ocupan cargos de elección popular y han tomado distancia respecto a quienes sufragaron por ellos. ¿Cómo habrían reaccionado las santiguadas damas con alcurnia religiosa, quienes convirtieron al católico Fox en icono de la cristiandad, de haberse enterado que intimaba con su vocera así fuera con sesgo platónico- mucho antes de matrimoniarse con ella sin reparar en las leyes de la Iglesia? Miles de votos, claro, se hubieran esfumado de las manos del fogoso Vicente quien casi convertía los templetes, en sus mítines, en prolongaciones de los púlpitos inviolables con el respaldo ilegal de las imágenes de la Guadalupana.
La cita, y lo asimilo, es delicada pero absolutamente válida porque se fundamente en hechos incontrovertibles. Y como él, otros aspirantes han centrado su propaganda en la unidad familiar sin exhibir sus verdaderos perfiles, muchas veces como desobligados alegando razones de entrega al trabajo- o incluso con episodios escandalosos en cuanto a amantes, riñas y desviaciones de distinto tipo. Pero tales asuntos se ocultan con el reclamo, tantas veces visceral, de respeto a la privacidad... aun cuando con ello se engañe al colectivo demandando un liderazgo moral que no poseen.
Ninguno asume tener defectos. Y esto, por sí, debiera llamar a sospecha. ¿Cómo es que los políticos se proponen siempre como un dechado de virtudes y acaban irremisiblemente satanizados? Observen, como muestras, a los ex presidentes: todos ellos fueron casi perfectos, según sus panegiristas y ellos mismos, hasta el momento de bajar los peldaños que les condujeron a la ciudadanía común bajo severas sospechas de prevaricación, sobre todo, pero también de excesos formidables en cada renglón de la vida social. De la cofradía de la mano caída y ésta se fundamenta en el amafiamiento y no en las preferencias sexuales que deben ser respetadas- a los abusadores infantiles de Cancún existe un amplio abanico de perversidades variopintas. Y bien lo sabemos.
No cuadran, por tanto, los amañados cuadros gregarios a veces como anuncio de acentuado nepotismo-, con las historias ciertas y los currículos forjados al calor de la vida misma en la que cada quien construye su propio entorno. Los dirigentes, y cuantos se ofrecen para "sacrificarse" en aras del servicio público, no surgen de la chistera de un mago sino del núcleo social en donde, tantas veces, pasan más bien desapercibidos hasta que son beneficiarios de una candidatura.
Basta, para corroborar lo anterior, preguntarnos unos a otros cuándo conocimos a quien hoy, retratado en miles de cartelones casi con aureola, se propone para ser representante de un colectivo que apenas lo está descubriendo. La falacia, entonces, cae por su propio peso.
Debate. Cuando se pregunta a cualquier postulante sobre sus defectos la recurrencia es hacia los lugares comunes: "me entrego demasiado al trabajo y descuido a mi familia", suelen repetir agolando las voces. Y así otras joyas: "me sublevo ante la mentira porque no la tolero", dijo por allí un juicioso aspirante arrogándose el derecho a arrojar del templo a los fariseos pero con riesgo a ser incluido entre éstos. Esto es: el fallo, en sus justificaciones de circunstancias, se exalta como cauce de sus propios y acendrados aciertos personales, sin matices.
Dicen que sería un espléndido negocio comprar a uno de estos candidatos en lo que de verdad valen y venderlos después en lo que ellos mismos creen que valen. Los márgenes de ganancia serían espléndidos, mucho mayores a los que devienen de los negocios más redituables del presente, el narcotráfico y el contrabando de armas, por ejemplo.
En lo personal, me encantaría decidirme a votar por aquel que, juicioso y sereno, ofreciera a la ciudadanía un pormenorizado recuento de sus propios errores proponiendo fórmulas para intentar enmendarlos. Y no sólo ponderar sus sonrisas, bienaventuranzas incluidas, que los elevan sobre una comunidad depauperada y triste por la recurrencia de falsarios convertidos en administradores de los bienes públicos. ¿Han escuchado, siquiera, a alguno de ellos disculparse, en serio, con quienes los eligieron por cuanto no fueron capaces de cumplir? Sólo uno me viene a la memoria, José López Portillo, quien en su discurso inaugural al asumir la Presidencia en diciembre de 1976 pidió perdón a los desposeídos "por no haber acertado a sacarlos de su postración". Pero aquel fue más bien un lance demagógico con mucho de histrionismo en la hora de su asunción al poder; luego, en el ostracismo, no admitió siquiera haber sido frívolo y le enfadaba ser calificado así pese a las evidencias incontrovertibles.
Bueno, la autocrítica también está ausente hasta en quienes no logran sus objetivos cualquiera que hayan sido las causas-, y no son capaces de meditar, siquiera un instante, sobre sus propios yerros. El caso más a la vista es, sin duda, el del autodesignado "presidente legítimo", quien envía misivas, con faltas de urbanidad política, a los jefes de Estado extranjeros la más reciente al presidente Obama- fustigando al sistema que, por otra parte, le permitió ser jefe del gobierno defeño jugando con las mismas reglas electorales a las que luego incordió. (Y tal no pretende, de manera alguna, obviar el tremendo desaseo en escrutinios e intervenciones de la cúpula del poder que acaso incidieron en el vuelco oficioso de las preferencias generales en 2006).
Pues bien, este personaje, ávido siempre de reflectores, ni siquiera se ha sentado un momento para reflexionar sobre las graves equivocaciones que se tradujeron en otro fraude mayúsculo: el cometido por él y sus operadores contra cuantos creyeron, votaron e hicieron causa común con él, al no haber sido capaz de defender y proteger, por las vías correspondientes y no por la exaltación callejera, tales sufragios y apoyos.
El reto. ¿Partido o candidato? Fíjense, amables lectores, que la distorsión superficial sobre derechas e izquierdas no es óbice para apreciar, en distintos escenarios, coincidencias notables en la praxis de elementos que supuestamente están separados por firmes cuestiones ideológicas. Dicho de otra manera: hay socialistas que proceden como conservadores y miembros de la elite social superior que acaban siendo vanguardistas.
Una tarde, durante la campaña presidencial de 1994, pregunté al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien nació entre algodones como heredero de un histórico ex presidente:
--Zedillo su adversario priísta- procede de una familia clasemediera y trabajadora; usted, en cambio, proviene de un hogar sin penurias económicas. ¿Cómo explicar las posturas de uno y otro de cara al electorado?
El michoacano, uno de los mexicanos más coherentes de cuantos conozco, me respondió sin titubeos:
--Lo importante es lo que representa cada uno: yo busco el bien colectivo y me anima el respaldo popular; él, en cambio, es un servidor de la oligarquía.
Por ello, claro, más vale examinar a los candidatos que votar ciegamente por los partidos bajo el supuesto de una fidelidad sectaria.
La anécdota. A finales de 1987, cuando Carlos Salinas se aprestaba a iniciar su campaña presidencial, se "filtró" la información acerca de que su adversario del PAN, Manuel Clouthier, preparaba un golpe tremendo: presentar a los familiares de una servidora doméstica, Manuela sin apellidos conocidos-, quien fue muerta en 1955 a causa de las jugarretas infantiles de los hermanos Salinas de Gortari y un vecinito de ellos. Fue entonces cuando Fernando Gutiérrez Barrios, entonces gobernador de Veracruz y operador político del candidato priísta, dio una particular réplica:
-Si Clouthier procede así, entonces tendremos que divulgar que él encierra a sus trabajadores cuando llegan a sus empresas los inspectores del Seguro Social para no darles el alta. Eso y otras cosas.
La advertencia, por lo visto, surtió efecto. Ni una cosa ni otra se produjeron en tanto avanzaba la convocatoria del Frente Democrático Nacional que postuló al ingeniero Cárdenas. Perfiles amañados y consecuencias funestas. Y hubo más, mucho más.
fin, las distorsiones son múltiples y por ello me abstengo de citar los nombres de los postulantes en ristre aun cuando cuento con registro puntual de cada uno de ellos porque, claro, de ganar las posiciones legislativas a las que se postularon cada justificación será un antecedente para moldear criterios respecto a los saldos de actuaciones y gestiones políticas llegada la hora. Es curioso: ninguno de los aludidos, ni siquiera por asomo de sencillez republicana, tolera el menor ejercicio de autocrítica lo que los ubica en el mismo plano de aquel legendario personaje del "polivoz", Eduardo Manzano, quien, contoneándose, exclamaba a los cuatros vientos sintiéndose arropado por la devoción de su progenitora:
--¡Ahí... madre!¡Ahí...! expresión grotesca de vanidad imparable en el linde de la egolatría-.
Porque, claro, en el palenque de la lid comicial, todos son aspirantes a la santidad. En las fotografías se les observa, muy orondos, compartiendo espacios con esposas, hijos y hasta nietos, en semicírculos entrañables en los que no tienen cabida reproches ni episodios deshonrosos como los que, por ejemplo, atosigaron a Sarah Palin, la derrotada aspirante republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos presentada como madre de una menor de edad quien había gestado a una pequeñita fuera de tiempo y sin matrimonio. Fue entonces, ante este "descubrimiento", cuando los votantes comenzaron a cuestionarse si el carisma de la dama era tan superficial como su supuesta férrea moral; y acabó siendo arrollada por la opinión pública.
En México, en cambio, nos enteramos de algunas severas irregularidades personales de los hombres públicos cuando éstos ya ocupan cargos de elección popular y han tomado distancia respecto a quienes sufragaron por ellos. ¿Cómo habrían reaccionado las santiguadas damas con alcurnia religiosa, quienes convirtieron al católico Fox en icono de la cristiandad, de haberse enterado que intimaba con su vocera así fuera con sesgo platónico- mucho antes de matrimoniarse con ella sin reparar en las leyes de la Iglesia? Miles de votos, claro, se hubieran esfumado de las manos del fogoso Vicente quien casi convertía los templetes, en sus mítines, en prolongaciones de los púlpitos inviolables con el respaldo ilegal de las imágenes de la Guadalupana.
La cita, y lo asimilo, es delicada pero absolutamente válida porque se fundamente en hechos incontrovertibles. Y como él, otros aspirantes han centrado su propaganda en la unidad familiar sin exhibir sus verdaderos perfiles, muchas veces como desobligados alegando razones de entrega al trabajo- o incluso con episodios escandalosos en cuanto a amantes, riñas y desviaciones de distinto tipo. Pero tales asuntos se ocultan con el reclamo, tantas veces visceral, de respeto a la privacidad... aun cuando con ello se engañe al colectivo demandando un liderazgo moral que no poseen.
Ninguno asume tener defectos. Y esto, por sí, debiera llamar a sospecha. ¿Cómo es que los políticos se proponen siempre como un dechado de virtudes y acaban irremisiblemente satanizados? Observen, como muestras, a los ex presidentes: todos ellos fueron casi perfectos, según sus panegiristas y ellos mismos, hasta el momento de bajar los peldaños que les condujeron a la ciudadanía común bajo severas sospechas de prevaricación, sobre todo, pero también de excesos formidables en cada renglón de la vida social. De la cofradía de la mano caída y ésta se fundamenta en el amafiamiento y no en las preferencias sexuales que deben ser respetadas- a los abusadores infantiles de Cancún existe un amplio abanico de perversidades variopintas. Y bien lo sabemos.
No cuadran, por tanto, los amañados cuadros gregarios a veces como anuncio de acentuado nepotismo-, con las historias ciertas y los currículos forjados al calor de la vida misma en la que cada quien construye su propio entorno. Los dirigentes, y cuantos se ofrecen para "sacrificarse" en aras del servicio público, no surgen de la chistera de un mago sino del núcleo social en donde, tantas veces, pasan más bien desapercibidos hasta que son beneficiarios de una candidatura.
Basta, para corroborar lo anterior, preguntarnos unos a otros cuándo conocimos a quien hoy, retratado en miles de cartelones casi con aureola, se propone para ser representante de un colectivo que apenas lo está descubriendo. La falacia, entonces, cae por su propio peso.
Debate. Cuando se pregunta a cualquier postulante sobre sus defectos la recurrencia es hacia los lugares comunes: "me entrego demasiado al trabajo y descuido a mi familia", suelen repetir agolando las voces. Y así otras joyas: "me sublevo ante la mentira porque no la tolero", dijo por allí un juicioso aspirante arrogándose el derecho a arrojar del templo a los fariseos pero con riesgo a ser incluido entre éstos. Esto es: el fallo, en sus justificaciones de circunstancias, se exalta como cauce de sus propios y acendrados aciertos personales, sin matices.
Dicen que sería un espléndido negocio comprar a uno de estos candidatos en lo que de verdad valen y venderlos después en lo que ellos mismos creen que valen. Los márgenes de ganancia serían espléndidos, mucho mayores a los que devienen de los negocios más redituables del presente, el narcotráfico y el contrabando de armas, por ejemplo.
En lo personal, me encantaría decidirme a votar por aquel que, juicioso y sereno, ofreciera a la ciudadanía un pormenorizado recuento de sus propios errores proponiendo fórmulas para intentar enmendarlos. Y no sólo ponderar sus sonrisas, bienaventuranzas incluidas, que los elevan sobre una comunidad depauperada y triste por la recurrencia de falsarios convertidos en administradores de los bienes públicos. ¿Han escuchado, siquiera, a alguno de ellos disculparse, en serio, con quienes los eligieron por cuanto no fueron capaces de cumplir? Sólo uno me viene a la memoria, José López Portillo, quien en su discurso inaugural al asumir la Presidencia en diciembre de 1976 pidió perdón a los desposeídos "por no haber acertado a sacarlos de su postración". Pero aquel fue más bien un lance demagógico con mucho de histrionismo en la hora de su asunción al poder; luego, en el ostracismo, no admitió siquiera haber sido frívolo y le enfadaba ser calificado así pese a las evidencias incontrovertibles.
Bueno, la autocrítica también está ausente hasta en quienes no logran sus objetivos cualquiera que hayan sido las causas-, y no son capaces de meditar, siquiera un instante, sobre sus propios yerros. El caso más a la vista es, sin duda, el del autodesignado "presidente legítimo", quien envía misivas, con faltas de urbanidad política, a los jefes de Estado extranjeros la más reciente al presidente Obama- fustigando al sistema que, por otra parte, le permitió ser jefe del gobierno defeño jugando con las mismas reglas electorales a las que luego incordió. (Y tal no pretende, de manera alguna, obviar el tremendo desaseo en escrutinios e intervenciones de la cúpula del poder que acaso incidieron en el vuelco oficioso de las preferencias generales en 2006).
Pues bien, este personaje, ávido siempre de reflectores, ni siquiera se ha sentado un momento para reflexionar sobre las graves equivocaciones que se tradujeron en otro fraude mayúsculo: el cometido por él y sus operadores contra cuantos creyeron, votaron e hicieron causa común con él, al no haber sido capaz de defender y proteger, por las vías correspondientes y no por la exaltación callejera, tales sufragios y apoyos.
El reto. ¿Partido o candidato? Fíjense, amables lectores, que la distorsión superficial sobre derechas e izquierdas no es óbice para apreciar, en distintos escenarios, coincidencias notables en la praxis de elementos que supuestamente están separados por firmes cuestiones ideológicas. Dicho de otra manera: hay socialistas que proceden como conservadores y miembros de la elite social superior que acaban siendo vanguardistas.
Una tarde, durante la campaña presidencial de 1994, pregunté al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien nació entre algodones como heredero de un histórico ex presidente:
--Zedillo su adversario priísta- procede de una familia clasemediera y trabajadora; usted, en cambio, proviene de un hogar sin penurias económicas. ¿Cómo explicar las posturas de uno y otro de cara al electorado?
El michoacano, uno de los mexicanos más coherentes de cuantos conozco, me respondió sin titubeos:
--Lo importante es lo que representa cada uno: yo busco el bien colectivo y me anima el respaldo popular; él, en cambio, es un servidor de la oligarquía.
Por ello, claro, más vale examinar a los candidatos que votar ciegamente por los partidos bajo el supuesto de una fidelidad sectaria.
La anécdota. A finales de 1987, cuando Carlos Salinas se aprestaba a iniciar su campaña presidencial, se "filtró" la información acerca de que su adversario del PAN, Manuel Clouthier, preparaba un golpe tremendo: presentar a los familiares de una servidora doméstica, Manuela sin apellidos conocidos-, quien fue muerta en 1955 a causa de las jugarretas infantiles de los hermanos Salinas de Gortari y un vecinito de ellos. Fue entonces cuando Fernando Gutiérrez Barrios, entonces gobernador de Veracruz y operador político del candidato priísta, dio una particular réplica:
-Si Clouthier procede así, entonces tendremos que divulgar que él encierra a sus trabajadores cuando llegan a sus empresas los inspectores del Seguro Social para no darles el alta. Eso y otras cosas.
La advertencia, por lo visto, surtió efecto. Ni una cosa ni otra se produjeron en tanto avanzaba la convocatoria del Frente Democrático Nacional que postuló al ingeniero Cárdenas. Perfiles amañados y consecuencias funestas. Y hubo más, mucho más.
Siguen los olvidados
"Hace poco una persona que se infectó trabajando aquí murió por no tener atención médica y a otra tuvieron que cortarle la pata", le dijo a un reportero de El Norte un hombre de Jerez, padre de tres niñas que, con su esposa, le ayudan en la pepena. De acuerdo con un reportaje publicado en este periódico el domingo 19 de abril, los cinco, las niñas obviamente menores de edad, trabajan en la recolección ("pepena") de objetos "inservibles" que van a dar al basurero municipal jerezano.
En ello padres e hijas ocupan 10 horas diarias y viven allí cerca, en un área conocida como el cinturón de la marginación, que abarca las colonias El Molino, CNOP, Las Granjas y Frente Popular, entre otras más, todas ellas pobladas por precaristas. El DIF local registra que en este "centro de trabajo" hay solo 25 niños que pepenan y que dejaron sus estudios, como Rubén, de 11 años, que prefiere sacar dinero para comer que ir a la escuela y que dijo que estudió hasta segundo de primaria y que en este momento estaría cursando el quinto año.
Contra el "optimismo" oficial, una pepenadora le asegura al reportero que: "Aqui se han llegado a ver más de 100 niños". Los que sean, son muchos los menores y sus familias que se tallan el lomo, victimas de las enfermedades infecciosas, la contaminación y el analfabetismo, para escarbarle a la basura entre 150 y 250 pesos semanales, que es lo más que obtienen por lo que otros, más afortunados que ellos, tiraron al "bote" como desperdicios.
Los niños no llegan solos al tiradero de basura: "La mayoría de las mamás traemos a nuestros hijos para que nos ayuden, preferimos que estén aquí a que anden de vagos", explicó Teresa, pepenadora de 43 años. Asi, la comunidad del basurero sustituye a la escuela, ya sabe usted con que tecnica educativa.
La crisis financiera global que está devastando la economía mundial no escribió este drama urbano. En todo caso es un derivado de muchas otras crisis, empezando por la de 1929, que han demostrado historicamente el fracaso de las ciudades como modelo de convivencia humano y civilizado.
Luis Buñuel redactó un desgarrador documento cinematográfico sobre los cinturones de pobreza, como el que hoy padece la hermosa y muy turística ciudad de Jerez, Zacatecas con sus 54,757 habitantes, contados en el 2005. "Los Olvidados" fue filmada por Buñuel en 1950 en y sobre la ciudad de México. Retirada de la exhibición a los 4 días de estrenada, por sediciosa, se permitió su reestreno después de que ganó el premio al mejor director en el Festival de Cannes de 1951.
Los Olvidados eran como los niños pepenadores de Jerez, hijos y padres de precaristas como ellos. Seres olvidados, los de Buñuel en el D. F., en 1950, y los de El Norte en Jérez, en 2009, por una sociedad olvidadiza e irresponsable que compra cuatro minutos en el espacio a graveded cero, a 50 mil dólares el minuto, en la excursión sideral que presentó el miércoles la exclusiva agencia de viajes de El Palacio de Hierro de San Pedro.
Son ya 300 los olvidadizos que han asegurado boleto de 300 mil dólares en el tour sideral de cuatro minutos que organiza Virgin Galactics y sus agencias concesionarias en el mundo, la de El Palacio de Hierro entre ellas, mientras que miles de olvidados mueren de miseria, hambre y otras enfermedades e infecciones comunes en Jerez, el D. F., Monterrey, Guadalajara, y muchas otras ciudades de Africa, Centro y Sudamérica, Estados Unidos, Asia y Europa.
Y no vale decir que Jerez está lejos de nosotros porque, usted lo sabe, el cuadro se repite igual aquí en Culiacan o en Monterrey, allá en Tijuana, aquí en Cadereyta, en Guadalajara, en Ecatepec, en Frontera, en Pánuco, bien
aquí en San Pedro Garza García, en Juárez, en Moroleón, en Cuatro Ciénegas, en Mérida, en Reynosa o allá en Saltillo. Niños y niñas, hombres y mujeres, los hijos, sus madres y sus padres mueren pepenando basura para vivir y morirse de hambre y analfabetas.
Han pasado 60 años desde que la burguesía celestificada trató de callar a Buñuel que los denunció como olvidadizos. Pero, después de esos crueles 60 años, los olvidados continuan siendo Los Olvidados. Que Dios nos perdone.
En ello padres e hijas ocupan 10 horas diarias y viven allí cerca, en un área conocida como el cinturón de la marginación, que abarca las colonias El Molino, CNOP, Las Granjas y Frente Popular, entre otras más, todas ellas pobladas por precaristas. El DIF local registra que en este "centro de trabajo" hay solo 25 niños que pepenan y que dejaron sus estudios, como Rubén, de 11 años, que prefiere sacar dinero para comer que ir a la escuela y que dijo que estudió hasta segundo de primaria y que en este momento estaría cursando el quinto año.
Contra el "optimismo" oficial, una pepenadora le asegura al reportero que: "Aqui se han llegado a ver más de 100 niños". Los que sean, son muchos los menores y sus familias que se tallan el lomo, victimas de las enfermedades infecciosas, la contaminación y el analfabetismo, para escarbarle a la basura entre 150 y 250 pesos semanales, que es lo más que obtienen por lo que otros, más afortunados que ellos, tiraron al "bote" como desperdicios.
Los niños no llegan solos al tiradero de basura: "La mayoría de las mamás traemos a nuestros hijos para que nos ayuden, preferimos que estén aquí a que anden de vagos", explicó Teresa, pepenadora de 43 años. Asi, la comunidad del basurero sustituye a la escuela, ya sabe usted con que tecnica educativa.
La crisis financiera global que está devastando la economía mundial no escribió este drama urbano. En todo caso es un derivado de muchas otras crisis, empezando por la de 1929, que han demostrado historicamente el fracaso de las ciudades como modelo de convivencia humano y civilizado.
Luis Buñuel redactó un desgarrador documento cinematográfico sobre los cinturones de pobreza, como el que hoy padece la hermosa y muy turística ciudad de Jerez, Zacatecas con sus 54,757 habitantes, contados en el 2005. "Los Olvidados" fue filmada por Buñuel en 1950 en y sobre la ciudad de México. Retirada de la exhibición a los 4 días de estrenada, por sediciosa, se permitió su reestreno después de que ganó el premio al mejor director en el Festival de Cannes de 1951.
Los Olvidados eran como los niños pepenadores de Jerez, hijos y padres de precaristas como ellos. Seres olvidados, los de Buñuel en el D. F., en 1950, y los de El Norte en Jérez, en 2009, por una sociedad olvidadiza e irresponsable que compra cuatro minutos en el espacio a graveded cero, a 50 mil dólares el minuto, en la excursión sideral que presentó el miércoles la exclusiva agencia de viajes de El Palacio de Hierro de San Pedro.
Son ya 300 los olvidadizos que han asegurado boleto de 300 mil dólares en el tour sideral de cuatro minutos que organiza Virgin Galactics y sus agencias concesionarias en el mundo, la de El Palacio de Hierro entre ellas, mientras que miles de olvidados mueren de miseria, hambre y otras enfermedades e infecciones comunes en Jerez, el D. F., Monterrey, Guadalajara, y muchas otras ciudades de Africa, Centro y Sudamérica, Estados Unidos, Asia y Europa.
Y no vale decir que Jerez está lejos de nosotros porque, usted lo sabe, el cuadro se repite igual aquí en Culiacan o en Monterrey, allá en Tijuana, aquí en Cadereyta, en Guadalajara, en Ecatepec, en Frontera, en Pánuco, bien
aquí en San Pedro Garza García, en Juárez, en Moroleón, en Cuatro Ciénegas, en Mérida, en Reynosa o allá en Saltillo. Niños y niñas, hombres y mujeres, los hijos, sus madres y sus padres mueren pepenando basura para vivir y morirse de hambre y analfabetas.
Han pasado 60 años desde que la burguesía celestificada trató de callar a Buñuel que los denunció como olvidadizos. Pero, después de esos crueles 60 años, los olvidados continuan siendo Los Olvidados. Que Dios nos perdone.
viernes, 24 de abril de 2009
DIA DEL LIBRO
Esta semana vino preñada de efemérides y de materia celebrable. Ya fue el Día de la Tierra y fueron muy pocos los que felicitaron a esta abnegada madre tierra que no sé ni cómo, pero nos aguanta a todos: a los que la ofenden y a los que tratan de granjearse un perdón para esas ofensas. Aunque sea de modo tardío, yo felicito a esta sufrida mamuchis y le doy un abrazo lo más apretado posible y le regalo, en complicidad con Quique el de las Mudanzas, varios miles de oyameles. Con esta elegante caravana con sombrero ajeno doy por terminados los terrícolas festejos y paso con indecible alegría a celebrar a San Jorge que es un santo al que la Iglesia ya lo trae muy disminuido. Como bien aprendimos en nuestra infancia, San Jorge era todo un caballero que iba en su cuaco por el mundo cante y cante en la constante búsqueda de aventuras que le dieran lustre a su apellido y gloria eterna a su prosapia. En Inglaterra, San Jorge es un idolazo de la talla de Drogbá y de otros futbolistas. Yo no sé a la Iglesia qué le dio por obliterar a este santo tan simpático y que, salvo a los dragones, a nadie hacía daño. Por aquí comenzó la cosa, por los dragones que, según la Iglesia, no existían ni habían existido nunca. Aquí sí la Iglesia se vio medio payasita. Es como si me dijeran que no existen los ángeles, nuestros celestiales guaruras, que son tan útiles para tantos recados y encomiendas; o que no existen las ánimas del purgatorio a las que ya les cerraron el changarro por incosteable y andan por el mundo o el trasmundo peregrinando como los aztecas en busca de un terrenito donde instalar la colonia "Nuevo Purgatorio", Primera Sección. Lo peor es que andan todas encueradas y con el fuego interconstruido como si fuera una falda hawaiana.
Así pues y volviendo a San Jorge, su dragón de nombre Fergie se fue sin más a jondear changos por la cola. Y así San Jorge se quedó solito con su casco y armadura, su lanza, su espada, el puñal, la maza con picos e infinidad de armas más que le permitían enfrentar victoriosamente todo tipo de bichos y plagas caseras; desde viles ratones hasta gigantescos dragones que arrojaban lumbre por la boca. Ya sin su dragón (aquí el avisado lector podrá deducir cuánto enriquecen y apuntalan nuestra existencia nuestros enemigos), San Jorge se fue desdibujando como lo hacen los amantes desalentados que terminan, como San Jorge, desapareciendo. A lo mejor tendría que haberse casado para así disfrutar de una de esas dragonas domésticas que, como bien me consta, también arrojan fuego y lava y pedacitos de huevo con jamón por sus poderosas fauces.
El caso es que del dragón y de San Jorge sólo nos quedan los libros, pero esto es mucho decir. Los libros son nuestras reservas probadas de humanidad, la memoria de nuestra tribu, nuestro más completo álbum de recuerdos, el compendio de lo que nuestra imaginación ha ido dibujando en el espacio recóndito de nuestra intimidad. Un libro es un gran acto de impudor que nos permite, por ejemplo, asomarnos al espíritu volcánico de Malcolm Lowry y descubrir con horror y con alivio lo semejante que es a nosotros. Leer un libro es correr el riesgo de tropezar con Tolstoi o Dostoyewsky y perdernos, quizá para siempre, en la inmensidad del alma rusa. Leyendo encontramos nuestro centro y nuestro lugar en el mundo. ¡Cuánto menos sería yo sin Borges, sin Neruda, sin Pellicer y sin el Gabo!. Hagámoslo por San Jorge; pongámonos a leer.
Así pues y volviendo a San Jorge, su dragón de nombre Fergie se fue sin más a jondear changos por la cola. Y así San Jorge se quedó solito con su casco y armadura, su lanza, su espada, el puñal, la maza con picos e infinidad de armas más que le permitían enfrentar victoriosamente todo tipo de bichos y plagas caseras; desde viles ratones hasta gigantescos dragones que arrojaban lumbre por la boca. Ya sin su dragón (aquí el avisado lector podrá deducir cuánto enriquecen y apuntalan nuestra existencia nuestros enemigos), San Jorge se fue desdibujando como lo hacen los amantes desalentados que terminan, como San Jorge, desapareciendo. A lo mejor tendría que haberse casado para así disfrutar de una de esas dragonas domésticas que, como bien me consta, también arrojan fuego y lava y pedacitos de huevo con jamón por sus poderosas fauces.
El caso es que del dragón y de San Jorge sólo nos quedan los libros, pero esto es mucho decir. Los libros son nuestras reservas probadas de humanidad, la memoria de nuestra tribu, nuestro más completo álbum de recuerdos, el compendio de lo que nuestra imaginación ha ido dibujando en el espacio recóndito de nuestra intimidad. Un libro es un gran acto de impudor que nos permite, por ejemplo, asomarnos al espíritu volcánico de Malcolm Lowry y descubrir con horror y con alivio lo semejante que es a nosotros. Leer un libro es correr el riesgo de tropezar con Tolstoi o Dostoyewsky y perdernos, quizá para siempre, en la inmensidad del alma rusa. Leyendo encontramos nuestro centro y nuestro lugar en el mundo. ¡Cuánto menos sería yo sin Borges, sin Neruda, sin Pellicer y sin el Gabo!. Hagámoslo por San Jorge; pongámonos a leer.
¡Se busca a un juez Garzón!
¿Dónde estaba Human Rights Watch cuando se descubrió que la CIA mandaba torturar a los "presos políticos" de Afganistán y de Irak encerrándolos desnudos en cuartos llenos de miles de insectos que picaban inoculando substancias tóxicas al extremo de poder causar la muerte? ¿Dónde estaba esta organización cuando se informó a la opinión pública que la CIA y sus verdugos inyectaban litros de agua en la boca abierta de los detenidos invadiendo las vías respiratorias para producir una tos asfixiante y hasta mortal? ¿Dónde estaba la tan cantada prensa liberal norteamericana cuando los acusados eran sentados en un sillón muy cómodo que invitaba al sueño siendo que al perder la conciencia eran despertados a patadas en las espinillas, suplicio que duraba siete días antes perder la razón? ¿Dónde estaban todas las organizaciones norteamericanas de derechos humanos cuando se conoció que a los convictos se les sometía a una ducha permanente con duración de quince días con cambios cíclicos de temperatura del agua? ¿Por qué nunca protestaron cuando se supo que los presos eran confinados en espacios no mayores de un metro cuadrado o cuando se les privaba de alimentos o cuando se les golpeaba en la zona abdominal o cuando se les enclaustraba en habitaciones oscuras repletas de víboras que se enroscaban en las piernas de las víctimas mientras éstas proferían gritos de horror?
La semana pasada el Presidente Obama autorizó la publicación de las torturas antes relatadas. Obviamente la divulgación de estos crímenes injustificables ejecutados por un gobierno que se ostenta como el gran defensor de los derechos humanos tiene un objetivo claramente político: aumentar el justificado desprestigio de la administración de Bush en beneficio de los demócratas. Obama decidió, asimismo, no castigar a los agentes de la CIA, puntuales ejecutores de las torturas, porque habían cumplido instrucciones de la superioridad. De acuerdo a lo anterior, ¿por qué no se abre de inmediato una investigación para deslindar responsabilidades y acusar precisamente a la salvaje "superioridad "? ¿Acaso no se va a sancionar con todo el rigor de la ley a quienes resulten culpables de semejante atrocidades? ¿Dónde esta Human Rights Watch que no organiza marchas a lo largo y ancho de Estados Unidos para exigir la impartición de justicia ante la flagrante violación de los derechos que supuestamente defiende y que justifican su existencia legal y social? ¿Human Rights Watch sólo está interesada en investigar si se respetan los derechos humanos de los cubanos o de los narcos mexicanos detenidos?
Cuándo el famoso juez Garzón inició un proceso criminal en contra de Augusto Pinochet acusado de genocida y ordenó su captura, se encontrara dónde se encontrara, imprimiendo así un nuevo perfil al derecho internacional, ¿por qué entonces dicho juez como otros tantos más de diferentes países, no inician un proceso en contra de George Bush, de Dick Cheney o de Rumsfeld, con el mismo cargo de genocidas por haber bombardeado Afganistán e Irak causando la muerte de decenas de miles de personas, además de quienes resultaron mutilados o heridos? Bush es un genocida. ¿O no lo es quien ordena bombardear ciudades enteras sin mediar declaración de guerra ni cumplir con los requisitos establecidos por las diferentes convenciones internacionales? Bush asesinó a miles de personas inocentes tal vez por satisfacer un capricho paterno o por avidez económica o por alguna otra patología sicológica. De aquí que comparando las atrocidades cometidas por Pinochet o Milosevic, éstos últimos pasen a la historia como un par de lactantes en relación al genocidio cometido por Bush y su cáfila de asesinos.
De acuerdo a lo anterior, resulta procedente exigir a jueces como Garzón que inicien de inmediato un conjunto de juicios en contra de Bush, Cheney y Rumsfeld, entre otros tantos más, de modo que algunos integrantes de la comunidad internacional se erijan como jueces para castigar el genocidio cometido y se giren órdenes de aprehensión logrando que dichos criminales permanezcan en el territorio norteamericano entendido como cárcel, por el peligro que correrían de ser arrestados en cualquier aeropuerto o en plena vía pública fuera de su país.
Si Obama, su gobierno, el congreso, Human Rights Watch y la prensa norteamericana perdonan a George Bush y a su pandilla, es el momento de que la comunidad internacional responda privando de la libertad, por lo menos, a estos carniceros de cuello blanco. Milosevic fue arrestado y enviado al Tribunal de la Haya acusado de corrupción, abuso de poder, malversación de fondos, además de genocidio, crímenes en contra de la humanidad y violaciones en contra de las reglas y costumbres en torno a la guerra. No fue juzgado ni en Serbia ni en la República Federal de Yugoslavia, sino en la Haya. ¿Qué tal si un día el mundo se despierta con la noticia de que Bush fue detenido por genocida en el aeropuerto de Barajas, Madrid? ¿Por qué sólo Pinochet? ¡Se busca a un juez Garzón!
La semana pasada el Presidente Obama autorizó la publicación de las torturas antes relatadas. Obviamente la divulgación de estos crímenes injustificables ejecutados por un gobierno que se ostenta como el gran defensor de los derechos humanos tiene un objetivo claramente político: aumentar el justificado desprestigio de la administración de Bush en beneficio de los demócratas. Obama decidió, asimismo, no castigar a los agentes de la CIA, puntuales ejecutores de las torturas, porque habían cumplido instrucciones de la superioridad. De acuerdo a lo anterior, ¿por qué no se abre de inmediato una investigación para deslindar responsabilidades y acusar precisamente a la salvaje "superioridad "? ¿Acaso no se va a sancionar con todo el rigor de la ley a quienes resulten culpables de semejante atrocidades? ¿Dónde esta Human Rights Watch que no organiza marchas a lo largo y ancho de Estados Unidos para exigir la impartición de justicia ante la flagrante violación de los derechos que supuestamente defiende y que justifican su existencia legal y social? ¿Human Rights Watch sólo está interesada en investigar si se respetan los derechos humanos de los cubanos o de los narcos mexicanos detenidos?
Cuándo el famoso juez Garzón inició un proceso criminal en contra de Augusto Pinochet acusado de genocida y ordenó su captura, se encontrara dónde se encontrara, imprimiendo así un nuevo perfil al derecho internacional, ¿por qué entonces dicho juez como otros tantos más de diferentes países, no inician un proceso en contra de George Bush, de Dick Cheney o de Rumsfeld, con el mismo cargo de genocidas por haber bombardeado Afganistán e Irak causando la muerte de decenas de miles de personas, además de quienes resultaron mutilados o heridos? Bush es un genocida. ¿O no lo es quien ordena bombardear ciudades enteras sin mediar declaración de guerra ni cumplir con los requisitos establecidos por las diferentes convenciones internacionales? Bush asesinó a miles de personas inocentes tal vez por satisfacer un capricho paterno o por avidez económica o por alguna otra patología sicológica. De aquí que comparando las atrocidades cometidas por Pinochet o Milosevic, éstos últimos pasen a la historia como un par de lactantes en relación al genocidio cometido por Bush y su cáfila de asesinos.
De acuerdo a lo anterior, resulta procedente exigir a jueces como Garzón que inicien de inmediato un conjunto de juicios en contra de Bush, Cheney y Rumsfeld, entre otros tantos más, de modo que algunos integrantes de la comunidad internacional se erijan como jueces para castigar el genocidio cometido y se giren órdenes de aprehensión logrando que dichos criminales permanezcan en el territorio norteamericano entendido como cárcel, por el peligro que correrían de ser arrestados en cualquier aeropuerto o en plena vía pública fuera de su país.
Si Obama, su gobierno, el congreso, Human Rights Watch y la prensa norteamericana perdonan a George Bush y a su pandilla, es el momento de que la comunidad internacional responda privando de la libertad, por lo menos, a estos carniceros de cuello blanco. Milosevic fue arrestado y enviado al Tribunal de la Haya acusado de corrupción, abuso de poder, malversación de fondos, además de genocidio, crímenes en contra de la humanidad y violaciones en contra de las reglas y costumbres en torno a la guerra. No fue juzgado ni en Serbia ni en la República Federal de Yugoslavia, sino en la Haya. ¿Qué tal si un día el mundo se despierta con la noticia de que Bush fue detenido por genocida en el aeropuerto de Barajas, Madrid? ¿Por qué sólo Pinochet? ¡Se busca a un juez Garzón!
jueves, 23 de abril de 2009
Distinguidísima
¿Te acuerdas, Chavela Vargas, cuando eras una niña chiquita, menudita, y cuando llegaron los curanderos para tratar de aliviar tu dolor, el mismo que te acompañaría toda la vida, no sólo en lo físico, sino en el alma en ésa que también traías bien herida? Pero ese dolor no te mató, te inyectó vitalidad, un desgarro apasionado que se guarda en tu garganta, en tu corazón, una capacidad de ver en los resquicios de los días -aun en los peores- un rayo de luz, una fe en ti misma que te ha mantenido erguida, así como se ve en el escenario: devolviendo más vida de lo que la vida te ha dado. Esos días, en los que varias enfermedades se apoderaron de tu cuerpo, en los que tus padres se divorciaron, en los que vivías momentos de desamor y abandono, fueron los días en los que se forjó tu espíritu. ¿Cuántas niñitas se habrán sentido igual en esa Latinoamérica machista de principios del siglo XX? La soledad fue tu compañera y, en respuesta, tú te hiciste fuerte; decían que eras "valentona, indomable, arrogante". Ahí, aprendiste a usar las armas, una pistola calibre 22 y luego una calibre 45: "Mi infancia fue tan solitaria que aquellas armas me hacían compañía; aprendí a utilizarlas para matar las culebras de los excusados, no digo más".
La adolescencia te llegó entre cafetales y plantaciones, ahí recogiste naranjas, cortabas el café, caminabas sola por los campos. Aquellos tiempos te cimbraron; hasta la luna, en tus paseos nocturnos, se apiadó de tu sufrimiento silencioso, sabías bien que el mundo era más grande y vasto. Ningún jueguito de té ni muñecas te impresionaba, preferías andar por la tierra, libre, entre piedras y pistolas.
Eras la rara: "Cuando era pequeña me dijeron que me iban a excomulgar por ser lesbiana. Yo era lo peor que se podía ser, y había llegado al límite al que podía llegar. Me decían aquellas cosas porque era niña y porque así me mataban el alma".De tus amores se sabe poco, has sido discreta, Chavela, aunque conoces bien lo que es sufrir de mal de amores. Las mujeres han pasado por tu vida, sí, y hasta te han inventado cosas, te tachaban de robaesposas, y tú, de frente, sin pelos en la lengua, decías: "En mi vida he robado nada a nadie. Si las señoras venían conmigo era porque querían, que yo a nadie obligaba. Por supuesto, yo les decía piropos, pero eso no hace mal a nadie y, para ser sinceros, a la mayoría de las mujeres les encanta que las halaguen".
Sabes de las cosas importantes de la vida -los sueños, la muerte, el sufrimiento, el desamor, la esperanza, la libertad-, por eso cuando cantas tocas las emociones de los que te escuchamos, ¿y sabes por qué?, porque los vives a flor de piel, los traes pegaditos al cuerpo. Eso te abrió las puertas. Cuando cantabas con esos "valientes cantantes mexicanos", como Jorge Negrete, Pedro Infante o José Alfredo Jiménez, te enfrentaste con ellos a punta de... voz y canto. Cantando en la XEW y recibiendo 10 pesos por programa.
Querías cantar como los mexicanos y te hiciste amiga de los "grandes". ¿Te acuerdas cuando le llevaron serenata a María Félix tú y José Alfredo? Era tu época de derroche musical, fiestas y tragos, tiempos de "cabaret y balazos".
En esos días conociste a Frida y a Diego en una fiesta de las tantas que daban en la Casa Azul, en Coyoacán. Tendrías como 25 años. Frida preguntó quién eras y le dijeron: "Es Chavela Vargas. Anda en la cosa artística". Te fuiste a sentar a su lado y conversaron hasta entrada la madrugada. Se hicieron amigas, te invitó a quedarte a dormir en uno de los tantos cuartos de la casa. Diego, con quien también entablaste una gran amistad, te ponía un perro xoloitzcuintle en los pies, por si te daba frío en las muchas noches que pasaste en esa casa.
Entre la década de los cincuenta y los setenta, Chavela ya era Chavela Vargas, aplaudida en cualquier escenario, adorada por intelectuales, artistas y por la gente de barrio. Te consideraban musa Juan Rulfo, Agustín Lara, entre tantos otros. Con José Alfredo conociste el México bronco, la calle, los pleitos y las cuentas por pagar de mariachi. Llevaste tu canto herido a plazas como el Olimpia de París, el Carnegie Hall de Nueva York o el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. En esos años te apropiaste del sufrimiento, la generosidad, el "sentir desde las entrañas" de los mexicanos.
Has hecho de todo y no te arrepientes de nada. Qué gusto una mujer de tu calibre, Chavela. Te has levantado quitándote el polvo de encima, has recibido maldiciones y bendiciones. El sufrimiento lo has vuelto gozo. Cada concierto tuyo es un recordatorio de que los sueños se pueden volver reales si se tiene coraje, agallas, si al dolor se le convierte en cuchillo para desgarrar la vida. Vestida con tu clásico poncho, tu pantalón de pana y saco negro, con tus botines que han pisado los escenarios de mayor calibre, sigues amando, amando tus recuerdos, tu presente, a tu público. Estás entera, más entera que nunca a tus recién cumplidos 90 años.
La adolescencia te llegó entre cafetales y plantaciones, ahí recogiste naranjas, cortabas el café, caminabas sola por los campos. Aquellos tiempos te cimbraron; hasta la luna, en tus paseos nocturnos, se apiadó de tu sufrimiento silencioso, sabías bien que el mundo era más grande y vasto. Ningún jueguito de té ni muñecas te impresionaba, preferías andar por la tierra, libre, entre piedras y pistolas.
Eras la rara: "Cuando era pequeña me dijeron que me iban a excomulgar por ser lesbiana. Yo era lo peor que se podía ser, y había llegado al límite al que podía llegar. Me decían aquellas cosas porque era niña y porque así me mataban el alma".De tus amores se sabe poco, has sido discreta, Chavela, aunque conoces bien lo que es sufrir de mal de amores. Las mujeres han pasado por tu vida, sí, y hasta te han inventado cosas, te tachaban de robaesposas, y tú, de frente, sin pelos en la lengua, decías: "En mi vida he robado nada a nadie. Si las señoras venían conmigo era porque querían, que yo a nadie obligaba. Por supuesto, yo les decía piropos, pero eso no hace mal a nadie y, para ser sinceros, a la mayoría de las mujeres les encanta que las halaguen".
Sabes de las cosas importantes de la vida -los sueños, la muerte, el sufrimiento, el desamor, la esperanza, la libertad-, por eso cuando cantas tocas las emociones de los que te escuchamos, ¿y sabes por qué?, porque los vives a flor de piel, los traes pegaditos al cuerpo. Eso te abrió las puertas. Cuando cantabas con esos "valientes cantantes mexicanos", como Jorge Negrete, Pedro Infante o José Alfredo Jiménez, te enfrentaste con ellos a punta de... voz y canto. Cantando en la XEW y recibiendo 10 pesos por programa.
Querías cantar como los mexicanos y te hiciste amiga de los "grandes". ¿Te acuerdas cuando le llevaron serenata a María Félix tú y José Alfredo? Era tu época de derroche musical, fiestas y tragos, tiempos de "cabaret y balazos".
En esos días conociste a Frida y a Diego en una fiesta de las tantas que daban en la Casa Azul, en Coyoacán. Tendrías como 25 años. Frida preguntó quién eras y le dijeron: "Es Chavela Vargas. Anda en la cosa artística". Te fuiste a sentar a su lado y conversaron hasta entrada la madrugada. Se hicieron amigas, te invitó a quedarte a dormir en uno de los tantos cuartos de la casa. Diego, con quien también entablaste una gran amistad, te ponía un perro xoloitzcuintle en los pies, por si te daba frío en las muchas noches que pasaste en esa casa.
Entre la década de los cincuenta y los setenta, Chavela ya era Chavela Vargas, aplaudida en cualquier escenario, adorada por intelectuales, artistas y por la gente de barrio. Te consideraban musa Juan Rulfo, Agustín Lara, entre tantos otros. Con José Alfredo conociste el México bronco, la calle, los pleitos y las cuentas por pagar de mariachi. Llevaste tu canto herido a plazas como el Olimpia de París, el Carnegie Hall de Nueva York o el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. En esos años te apropiaste del sufrimiento, la generosidad, el "sentir desde las entrañas" de los mexicanos.
Has hecho de todo y no te arrepientes de nada. Qué gusto una mujer de tu calibre, Chavela. Te has levantado quitándote el polvo de encima, has recibido maldiciones y bendiciones. El sufrimiento lo has vuelto gozo. Cada concierto tuyo es un recordatorio de que los sueños se pueden volver reales si se tiene coraje, agallas, si al dolor se le convierte en cuchillo para desgarrar la vida. Vestida con tu clásico poncho, tu pantalón de pana y saco negro, con tus botines que han pisado los escenarios de mayor calibre, sigues amando, amando tus recuerdos, tu presente, a tu público. Estás entera, más entera que nunca a tus recién cumplidos 90 años.
Borges - ¿qué habré de temer?
"¿Qué habré de temer? No le doy a mi vida más valor que el de un alfiler. En cuanto a mi alma, ¿qué podrá hacerle? Si es inmortal..."
Jorge Luis Borges, ese gran maestro de la literatura contemporánea nos deja el legado de su obra, de su vida y de sus enseñanzas mostrándonos que la riqueza va de la mano al conocimiento, que no hay que tener mucho dinero para vivir más feliz. Se considera aristotélico por estar en una constante búsqueda del Yo, de ese ser individual que todos llevamos por dentro y que finalmente define nuestra historia.
Cree en la Amistad como el único fin importante, eso se demuestra en estas conversaciones con su gran compañera María Esther Vásquez en donde desnuda su pensamiento y deja que sus ideas se posen en la conciencia de las masas, las mismas que le gustaría que algún día fueran verdaderos individuos.
La historia, ese universo de épocas, de narraciones, de batallas y de grandes transformaciones nos lleva a entender el ahora, el por qué de nuestro tiempo. Y es que no es gratuito el estar parados en este mundo con su cúmulo de imperfecciones que contrastan con grandes avances y descubrimientos... porque somos el fruto y el resultado de un largo camino que nos deja como legado la realidad.
Bajo las ideas de grandes filósofos hemos construido nuestro pensamiento, y tal vez sea esa la razón de lo que hoy en día pensamos y cómo elaboramos nuestra sociedad; Tales de Mileto nos enseñó su teoría según la cual el agua era la fuente de vida; pasamos por el mundo pitagórico en donde se plantea el universo de los números; Sócrates, con su método nos deja el legado de construir el conocimiento entre dos; con Platón, creamos a Dios, luego llega Aristóteles para enseñarnos que tener en cuenta la materia y la forma son la mejor manera de construir algo y con Epicuro aprendemos que la búsqueda del placer está en encontrar cosas que no agoten, que no generen remordimiento y que no enfermen. Concluye que el único placer básico es el conocimiento.
Es así como luego de un legado de varias teorías el hombre puede escoger con cual configurar su existencia, Jorge Luis Borges menciona en repetidas ocasiones su sed de conocimiento, el haber gastado su dinero en comprar libros, aunque no los pudiera leer, simplemente porque el contacto que podía tener con ellos lo hacía feliz ya que pensaba que gastarse el dinero en otra cosa diferente era algo superficial.
"El infinito y el cero se parecen", con una apreciación tan simple sacada de una anécdota en la que intentó buscar a sus parientes en un directorio telefónico en el que había tantas personas que se apellidaban Borges, pudo concluir a manera filosófica que el infinito y el cero se parecen porque era como si no hubiera nada de lo que él estaba buscando. Estamos cargados de teorías que plantearon filósofos antiguos, las aplicamos diariamente en nuestras vidas y aún así no hemos podido construir una humanidad conforme.
La cultura de occidente se inicia en Sumeria, y son ellos precisamente quienes crean los mitos, las leyendas y las consejas, elementos básicos en nuestra cultura que a pesar de haber sufrido transformaciones, sigue muy creyente a las narraciones orales, a lo fantástico y a todo aquello que explique por medio de seres extraños el origen de las cosas que la razón todavía no ha podido resolver. De ellos heredamos también los parques y el jardín, ¿qué sería de los occidentales sin esa elaboración de hermosos parques en donde se puede estar en contacto con la naturaleza?, espacios públicos o privados que dan rienda suelta a la imaginación. Borges recuerda que con su hermana Norah representaba apartes de Las mil y una noches en unos patios de baldosa colorada y en un jardín con una palmera y un ceibo que hacían las veces de "teatro". Recuerda además, que creaban personajes basándose en las historias de Verne y de Welles, lo que nos da a entender su interés por la literatura y la gracia de ser un erudito.
Ese conocimiento de Borges que hace que me asombre al leer esta conversación, me hace pensar además en la importancia de la literatura universal, cada gran cultura ha tenido su fundamento en libros importantes que llevan bajo sus composiciones narrativas la historia que corre por sus venas lo cual se relaciona con las creencias religiosas que tiene, es así como cuando Borges dice que "el fervor religioso ha llevado a mucha gente, por ejemplo a Dante, a una obra admirable" se refiere a las escrituras sagradas en las cuales está inmersa la historia, por ejemplo para el Islam lo que representa El Corán; para el Judaísmo, La Torá y para el Cristianismo, La Biblia.
Su erudición se la debe a la lectura, la misma que le ha permitido aprender varios idiomas y por ende leer grandes textos en donde se encierra el pensamiento de grandes literatos. En el caso del inglés lo sabe porque lo lleva en la sangre, en su casa se hablaba este idioma a la par con el español, pero en cuanto al alemán lo aprendió con un ejercicio de lectura de la obra El libro de las canciones de Heine (motivado por leer a Shopenhauer), se ayudaba con un diccionario de alemán-inglés con el cual aprendió palabras básicas que le ayudaron a comprender más fácil el idioma. Lo mismo ocurre con el italiano, el anglosajón y el francés. Compruebo una vez más esa búsqueda incansable de conocimiento planteada por varios de los grandes filósofos.
Hay un elemento en la vida de Jorge Luis Borges que me llama la atención: el ser ciego. Para los antiguos griegos aquel que era perfecto se debía ir a la guerra, ya que los que no lo eran se destacaban en las artes. Esa "imperfección" física de alguna manera contrasta con la genialidad de su obra y lo hace parecer aún más destacado e interesante debido a la superación y a la idea de corroborar de nuevo que el conocimiento es lo más importante y lo superior.
Acercándome al tema de la sociedad, de la casa en donde vivía Jorge Luis Borges y de la relación que las viviendas del siglo
XX tenían con los conceptos antiguos, se puede destacar que durante gran parte de sus conversaciones él señala que la mejor clase social que existe es la media porque son los que viven tranquilos, felices y sin muchas preocupaciones. Comparando esta apreciación con la historia, podríamos decir que Borges y su familia corresponden a los burgueses (claro está, sin la necesidad de lujo y de aceptación que estos buscaban), los cuales desarrollan una gran arquitectura en donde sobresalen los palacios. Con estas construcciones, que se denominaban como las mejores viviendas, nace el concepto de lo público y lo privado en los ambientes: cocinas, habitaciones, cuartos y salones en donde se reciben a las personas. La casa de Jorge Luis Borges estaba situada en un departamento en un sexto piso de un edificio (recordemos que los edificios se los debemos a los romanos quienes crearon los barrios o ínsulas con construcciones de varios pisos), era modesta, tenía tres cuartos, cocina y un recibidor o living (como lo llaman en Argentina ). Se puede apreciar claramente que el concepto adoptado durante el siglo XIV sigue vigente en nuestras sociedades . También destaco el hecho de que en su habitación estuviera dispuesta una biblioteca , lugar en donde se ordenan los libros, idea que heredamos de Aristóteles, quien además nos dejó como legado importante sus cuatro causas: la material (con qué se va a trabajar), la eficiente (quién va a desarrollar eso que voy a trabajar), la formal (lo que se logra) y la final (para qué hicieron algo), esto se relaciona con la idea de que las cosas tienen que tener un principio, un medio y un fin. Borges se refiere al tema hablando de que pocas cosas están entregadas al azar y que con el concepto de belleza de Platón y el del orden de Sócrates se ha establecido la necesidad de belleza y de orden en las obras literarias.
Durante el Barroco , en España los grandes pensadores no podían expresar sus ideas porque eran asesinados bajo las leyes de la Inquisición. Por esto los que se dieron a conocer fueron personajes de otros países como Francia , Inglaterra y Alemania . Borges cree en la idea de que la mejor muerte para un escritor es la violenta, es por eso que nunca tuvo miedo a las amenazas que le hicieron, a las falsas apreciaciones que tuvieron de él... y en este punto reflexiono sobre nuestra actualidad. Estamos presos del miedo y no existe libertad . Parece que sólo heredamos de nuestros antepasados los actos de violencia y de vanalidad. ¿Será ese el síntoma de nuestra confusión ante un mundo que no parece tener solución?.
"El laberinto es un símbolo evidente de la perplejidad y la perplejidad ha sido una de las emociones más comunes de mi vida". Para Aristóteles la perplejidad es el asombro del cual surge la metafísica y estos conceptos se reúnen en uno de sus grandes libros: La Metafísica, en el cual habla de temas filosóficos más allá de aquello que tiene cuerpo. Borges elige el símbolo del laberinto porque cree que la idea de un edifico construido para que alguien se pierda es el símbolo inevitable de la perplejidad. Y es precisamente en esa maraña en la que nos encontramos hoy en día, aparentemente en un callejón sin salida.
Ojalá la idea pitagórica de ver la historia como un proceso cíclico en donde se plantea que si el mundo tiene un número limitado de elementos y además el tiempo es infinito y si cada momento depende del momento anterior, sólo basta que se repita ese momento para que se repita todo lo demás, no llegue a cumplirse porque tal vez nunca tendremos el mundo que soñamos y el que intentamos construir. Y es que es muy difícil si tenemos en cuenta el concepto del maniqueísmo heredado de los sumerios, es muy complicado crear acuerdos comunes entre los que están a favor del bien y los que están del lado del mal. ¿Pero qué es realmente lo bueno y lo malo en un planeta en el que las culturas y creencias religiosas difieren tanto las unas de las otras? Además nuestra cultura de occidente, fundamentada en el Cristianismo proviene de una mezcla de Israel y de Grecia , somos fruto de varios conceptos, de ideas que vienen arraigadas desde hace siglos.
Borges hace una reflexión sobre la diferencia que existe entre una época y otra, apunta a una consecución y evolución (aunque no para bien) de la historia. Dice que cada siglo es peor que el siguiente pero ese mismo es mejor al anterior. Cada siglo tiene un distinto porvenir, pero como lo dirían los pitagóricos, la historia es cíclica. ¿Qué nos depara entonces el futuro?, repetir la misma historia que gracias a nuestro desconocimiento estamos condenados a "cargar".
La reflexión que me surge a raíz de esta lectura a Borges, es la idea de que por qué si tenemos tantos conceptos buenos de donde aferrarnos, estamos tan mal. Occidente es la gran heredera de toda esa historia, tenemos ideas de allí y de allá, de los sumerios, de los judíos, de los islámicos, del siglo XVIII, del XIX... pero de qué nos ha servido si cada día nos hacemos más daño. Creo que uno de los grandes problemas de donde se deriva la situación actual, es nuestra poca necesidad y sed de conocimiento que tenemos, nos limitamos a producir para ser ricos, y dejamos una lado lo que nos dice el saber y lo que está escrito en nuestra historia, como la desconocemos estamos condenados a repetir los mismos errores del pasado.
Jorge Luis Borges, ese gran maestro de la literatura contemporánea nos deja el legado de su obra, de su vida y de sus enseñanzas mostrándonos que la riqueza va de la mano al conocimiento, que no hay que tener mucho dinero para vivir más feliz. Se considera aristotélico por estar en una constante búsqueda del Yo, de ese ser individual que todos llevamos por dentro y que finalmente define nuestra historia.
Cree en la Amistad como el único fin importante, eso se demuestra en estas conversaciones con su gran compañera María Esther Vásquez en donde desnuda su pensamiento y deja que sus ideas se posen en la conciencia de las masas, las mismas que le gustaría que algún día fueran verdaderos individuos.
La historia, ese universo de épocas, de narraciones, de batallas y de grandes transformaciones nos lleva a entender el ahora, el por qué de nuestro tiempo. Y es que no es gratuito el estar parados en este mundo con su cúmulo de imperfecciones que contrastan con grandes avances y descubrimientos... porque somos el fruto y el resultado de un largo camino que nos deja como legado la realidad.
Bajo las ideas de grandes filósofos hemos construido nuestro pensamiento, y tal vez sea esa la razón de lo que hoy en día pensamos y cómo elaboramos nuestra sociedad; Tales de Mileto nos enseñó su teoría según la cual el agua era la fuente de vida; pasamos por el mundo pitagórico en donde se plantea el universo de los números; Sócrates, con su método nos deja el legado de construir el conocimiento entre dos; con Platón, creamos a Dios, luego llega Aristóteles para enseñarnos que tener en cuenta la materia y la forma son la mejor manera de construir algo y con Epicuro aprendemos que la búsqueda del placer está en encontrar cosas que no agoten, que no generen remordimiento y que no enfermen. Concluye que el único placer básico es el conocimiento.
Es así como luego de un legado de varias teorías el hombre puede escoger con cual configurar su existencia, Jorge Luis Borges menciona en repetidas ocasiones su sed de conocimiento, el haber gastado su dinero en comprar libros, aunque no los pudiera leer, simplemente porque el contacto que podía tener con ellos lo hacía feliz ya que pensaba que gastarse el dinero en otra cosa diferente era algo superficial.
"El infinito y el cero se parecen", con una apreciación tan simple sacada de una anécdota en la que intentó buscar a sus parientes en un directorio telefónico en el que había tantas personas que se apellidaban Borges, pudo concluir a manera filosófica que el infinito y el cero se parecen porque era como si no hubiera nada de lo que él estaba buscando. Estamos cargados de teorías que plantearon filósofos antiguos, las aplicamos diariamente en nuestras vidas y aún así no hemos podido construir una humanidad conforme.
La cultura de occidente se inicia en Sumeria, y son ellos precisamente quienes crean los mitos, las leyendas y las consejas, elementos básicos en nuestra cultura que a pesar de haber sufrido transformaciones, sigue muy creyente a las narraciones orales, a lo fantástico y a todo aquello que explique por medio de seres extraños el origen de las cosas que la razón todavía no ha podido resolver. De ellos heredamos también los parques y el jardín, ¿qué sería de los occidentales sin esa elaboración de hermosos parques en donde se puede estar en contacto con la naturaleza?, espacios públicos o privados que dan rienda suelta a la imaginación. Borges recuerda que con su hermana Norah representaba apartes de Las mil y una noches en unos patios de baldosa colorada y en un jardín con una palmera y un ceibo que hacían las veces de "teatro". Recuerda además, que creaban personajes basándose en las historias de Verne y de Welles, lo que nos da a entender su interés por la literatura y la gracia de ser un erudito.
Ese conocimiento de Borges que hace que me asombre al leer esta conversación, me hace pensar además en la importancia de la literatura universal, cada gran cultura ha tenido su fundamento en libros importantes que llevan bajo sus composiciones narrativas la historia que corre por sus venas lo cual se relaciona con las creencias religiosas que tiene, es así como cuando Borges dice que "el fervor religioso ha llevado a mucha gente, por ejemplo a Dante, a una obra admirable" se refiere a las escrituras sagradas en las cuales está inmersa la historia, por ejemplo para el Islam lo que representa El Corán; para el Judaísmo, La Torá y para el Cristianismo, La Biblia.
Su erudición se la debe a la lectura, la misma que le ha permitido aprender varios idiomas y por ende leer grandes textos en donde se encierra el pensamiento de grandes literatos. En el caso del inglés lo sabe porque lo lleva en la sangre, en su casa se hablaba este idioma a la par con el español, pero en cuanto al alemán lo aprendió con un ejercicio de lectura de la obra El libro de las canciones de Heine (motivado por leer a Shopenhauer), se ayudaba con un diccionario de alemán-inglés con el cual aprendió palabras básicas que le ayudaron a comprender más fácil el idioma. Lo mismo ocurre con el italiano, el anglosajón y el francés. Compruebo una vez más esa búsqueda incansable de conocimiento planteada por varios de los grandes filósofos.
Hay un elemento en la vida de Jorge Luis Borges que me llama la atención: el ser ciego. Para los antiguos griegos aquel que era perfecto se debía ir a la guerra, ya que los que no lo eran se destacaban en las artes. Esa "imperfección" física de alguna manera contrasta con la genialidad de su obra y lo hace parecer aún más destacado e interesante debido a la superación y a la idea de corroborar de nuevo que el conocimiento es lo más importante y lo superior.
Acercándome al tema de la sociedad, de la casa en donde vivía Jorge Luis Borges y de la relación que las viviendas del siglo
XX tenían con los conceptos antiguos, se puede destacar que durante gran parte de sus conversaciones él señala que la mejor clase social que existe es la media porque son los que viven tranquilos, felices y sin muchas preocupaciones. Comparando esta apreciación con la historia, podríamos decir que Borges y su familia corresponden a los burgueses (claro está, sin la necesidad de lujo y de aceptación que estos buscaban), los cuales desarrollan una gran arquitectura en donde sobresalen los palacios. Con estas construcciones, que se denominaban como las mejores viviendas, nace el concepto de lo público y lo privado en los ambientes: cocinas, habitaciones, cuartos y salones en donde se reciben a las personas. La casa de Jorge Luis Borges estaba situada en un departamento en un sexto piso de un edificio (recordemos que los edificios se los debemos a los romanos quienes crearon los barrios o ínsulas con construcciones de varios pisos), era modesta, tenía tres cuartos, cocina y un recibidor o living (como lo llaman en Argentina ). Se puede apreciar claramente que el concepto adoptado durante el siglo XIV sigue vigente en nuestras sociedades . También destaco el hecho de que en su habitación estuviera dispuesta una biblioteca , lugar en donde se ordenan los libros, idea que heredamos de Aristóteles, quien además nos dejó como legado importante sus cuatro causas: la material (con qué se va a trabajar), la eficiente (quién va a desarrollar eso que voy a trabajar), la formal (lo que se logra) y la final (para qué hicieron algo), esto se relaciona con la idea de que las cosas tienen que tener un principio, un medio y un fin. Borges se refiere al tema hablando de que pocas cosas están entregadas al azar y que con el concepto de belleza de Platón y el del orden de Sócrates se ha establecido la necesidad de belleza y de orden en las obras literarias.
Durante el Barroco , en España los grandes pensadores no podían expresar sus ideas porque eran asesinados bajo las leyes de la Inquisición. Por esto los que se dieron a conocer fueron personajes de otros países como Francia , Inglaterra y Alemania . Borges cree en la idea de que la mejor muerte para un escritor es la violenta, es por eso que nunca tuvo miedo a las amenazas que le hicieron, a las falsas apreciaciones que tuvieron de él... y en este punto reflexiono sobre nuestra actualidad. Estamos presos del miedo y no existe libertad . Parece que sólo heredamos de nuestros antepasados los actos de violencia y de vanalidad. ¿Será ese el síntoma de nuestra confusión ante un mundo que no parece tener solución?.
"El laberinto es un símbolo evidente de la perplejidad y la perplejidad ha sido una de las emociones más comunes de mi vida". Para Aristóteles la perplejidad es el asombro del cual surge la metafísica y estos conceptos se reúnen en uno de sus grandes libros: La Metafísica, en el cual habla de temas filosóficos más allá de aquello que tiene cuerpo. Borges elige el símbolo del laberinto porque cree que la idea de un edifico construido para que alguien se pierda es el símbolo inevitable de la perplejidad. Y es precisamente en esa maraña en la que nos encontramos hoy en día, aparentemente en un callejón sin salida.
Ojalá la idea pitagórica de ver la historia como un proceso cíclico en donde se plantea que si el mundo tiene un número limitado de elementos y además el tiempo es infinito y si cada momento depende del momento anterior, sólo basta que se repita ese momento para que se repita todo lo demás, no llegue a cumplirse porque tal vez nunca tendremos el mundo que soñamos y el que intentamos construir. Y es que es muy difícil si tenemos en cuenta el concepto del maniqueísmo heredado de los sumerios, es muy complicado crear acuerdos comunes entre los que están a favor del bien y los que están del lado del mal. ¿Pero qué es realmente lo bueno y lo malo en un planeta en el que las culturas y creencias religiosas difieren tanto las unas de las otras? Además nuestra cultura de occidente, fundamentada en el Cristianismo proviene de una mezcla de Israel y de Grecia , somos fruto de varios conceptos, de ideas que vienen arraigadas desde hace siglos.
Borges hace una reflexión sobre la diferencia que existe entre una época y otra, apunta a una consecución y evolución (aunque no para bien) de la historia. Dice que cada siglo es peor que el siguiente pero ese mismo es mejor al anterior. Cada siglo tiene un distinto porvenir, pero como lo dirían los pitagóricos, la historia es cíclica. ¿Qué nos depara entonces el futuro?, repetir la misma historia que gracias a nuestro desconocimiento estamos condenados a "cargar".
La reflexión que me surge a raíz de esta lectura a Borges, es la idea de que por qué si tenemos tantos conceptos buenos de donde aferrarnos, estamos tan mal. Occidente es la gran heredera de toda esa historia, tenemos ideas de allí y de allá, de los sumerios, de los judíos, de los islámicos, del siglo XVIII, del XIX... pero de qué nos ha servido si cada día nos hacemos más daño. Creo que uno de los grandes problemas de donde se deriva la situación actual, es nuestra poca necesidad y sed de conocimiento que tenemos, nos limitamos a producir para ser ricos, y dejamos una lado lo que nos dice el saber y lo que está escrito en nuestra historia, como la desconocemos estamos condenados a repetir los mismos errores del pasado.
miércoles, 22 de abril de 2009
Barack Obama: el fin del "Big Brother"
Washington. El primer viaje del presidente de Estados Unidos Barack Obama a América Latina rompió prejuicios y esquemas que, en algunos casos, tardaron décadas en construirse. Obama prometió cambios, y cambios es lo que estamos viendo. En dos días, el presidente de Estados Unidos ha echado a andar una política totalmente nueva hacia Latinoamérica.
Obama está dispuesto a hablar con la dictadura cubana. Eso no lo veíamos hace medio siglo. Obama saludó de mano a Hugo Chávez, a pesar de los insultos del presidente venezolano. El ex presidente George Bush siempre se le estuvo escondiendo a Chávez. Obama trató a México de igual a igual en la lucha contra el narcotráfico. Atrás quedó la época de las "certificaciones" de buena conducta de Estados Unidos al resto del continente.
Obama significa el fin del "Big Brother". Como lo dijo en la Quinta Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Estados Unidos no intervendrá en los asuntos internos de otros países de la región. Pero tampoco aceptará que le echen la culpa de todos los problemas del hemisferio. Dando y dando.
Antes de que partiera a su primer viaje a la Ciudad de México y a Puerto España en Trinidad, tuve la oportunidad de conversar con el presidente en la Casa Blanca. Y, por lo que me dijo, ya se veían venir importantes cambios de política y de actitud.
"No creo que un viaje pueda cambiar una larga historia de sospechas", afirmó, refiriéndose a la percepción generalizada de que Estados Unidos se había olvidado de América Latina durante ocho años. "Pero sí creo que podemos empezar a hacer mejoras... Independientemente de que estos gobiernos sean de centro-izquierda o centro-derecha, todos estamos concentrados en fortalecer la economía y en mejorar las oportunidades y la educación para nuestra gente".
El mensaje de Obama es nuevo:
"Dejemos de pelear las viejas peleas del siglo 20; ya estamos en el siglo 21... Tenemos que asegurarnos que nuestra política exterior esté basada en el respeto mutuo y en los intereses mutuos: Se acabaron los días en que Estados Unidos era el "Big Brother" y el resto de los países eran el hermano menor".
El cambio más evidente de está nueva actitud del gobierno norteamericano es con Cuba. Obama no quiere seguir el mismo camino que los otros 10 presidentes de Estados Unidos que fracasaron en sacar a Fidel Castro del poder. Por eso eliminó las restricciones a los viajes y remesas de cubano-americanos a la isla. Ahora podrán viajar y enviar todo lo que quieran. E incluso, estaría dispuesto a establecer contactos políticos y comerciales con el gobierno de La Habana.
Pero los críticos de Obama dicen que estas medidas, lejos de promover la democracia, refuerzan la dictadura.
"Ese argumento se ha empleado durante 50 años y nada ha cambiado", les respondió el presidente. "Así que mi actitud es que si empezamos a ver más viajes a Cuba, y si enviamos más remesas a Cuba que ayuden a las familias cubanas, entonces les vamos a dar más poder y más recursos. Con el tiempo creo que podemos cambiar la dinámica en Cuba de manera que estas medidas promuevan la libertad, el derecho a la libertad de expresión, la libertad religiosa, la libertad de viajar... Durante 50 años el statu quo no ha promovido la libertad y la democracia en Cuba... Estoy dispuesto a tratar cosas nuevas para romper los viejos patrones".
El cambio en la actitud hacia México también es palpable. El sabe que los millones de norteamericanos que usan drogas y las armas estadounidenses son, en buena parte, culpables de la narcoviolencia en México.
Por eso "es importante decir que no me has oído criticar al gobierno del presidente (Felipe) Calderón acerca de la violencia allá", apuntó. "Al contrario, he reconocido su esfuerzo porque creo que está tomando unos pasos muy valientes y difíciles para enfrentar este problema".
Y aunque no se quiso comprometer a prohibir el uso de armas de asalto en Estados Unidos _ que muchas veces terminan en manos de narcotraficantes mexicanos _ sí propuso una nueva filosofía de responsabilidad compartida: "Mi actitud es que Estados Unidos y México tienen que ser socios en este proceso".
No me podía ir sin preguntarle sobre su promesa de campaña de legalizar a millones de indocumentados durante su primer año de gobierno. ¿Cumplirá su palabra a pesar de la actual crisis económica?
"Yo voy, absolutamente, a cumplir mi promesa de buscar una reforma migratoria", aseguró. Pero dejó claro que las cosas no dependen de él únicamente, sino también del Congreso. "No puedo garantizar que tendré una ley sobre mi escritorio antes de que termine el año. Pero lo que sí puedo garantizar es que el proceso seguirá adelante".
¿Suspenderá las redadas hasta que haya una reforma migratoria? "Como tu sabes, le pedí a Janet Napolitano, la secretaria de Seguridad Nacional, que revise las políticas respecto a las redadas y me van a llegar sus recomendaciones... Sigo creyendo que no se puede resolver con redadas el problema".
Y por último Obama habló de fútbol. El _ que jugó sóccer cuando era niño en Indonesia y cuyas hijas también lo han jugado _ quiere que Estados Unidos sea la sede de la Copa Mundial en el 2018 ó 2022.
"Creo que tener aquí la Copa sería algo enorme para este deporte en Estados Unidos", concluyó. "Es el evento deportivo más grande del mundo ¿por qué no tenerlo en Estados Unidos?"
Obama ya no quiere que Estados Unidos sea el hermano mayor del continente. Y ahora, al menos en lo que se refiere al fútbol, quiere invitar a todos a jugar a su casa. Pero a pesar de las mejores intenciones de Obama, será difícil olvidar que, en muchos sentidos, Estados Unidos sigue siendo el dueño del balón.
Obama está dispuesto a hablar con la dictadura cubana. Eso no lo veíamos hace medio siglo. Obama saludó de mano a Hugo Chávez, a pesar de los insultos del presidente venezolano. El ex presidente George Bush siempre se le estuvo escondiendo a Chávez. Obama trató a México de igual a igual en la lucha contra el narcotráfico. Atrás quedó la época de las "certificaciones" de buena conducta de Estados Unidos al resto del continente.
Obama significa el fin del "Big Brother". Como lo dijo en la Quinta Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Estados Unidos no intervendrá en los asuntos internos de otros países de la región. Pero tampoco aceptará que le echen la culpa de todos los problemas del hemisferio. Dando y dando.
Antes de que partiera a su primer viaje a la Ciudad de México y a Puerto España en Trinidad, tuve la oportunidad de conversar con el presidente en la Casa Blanca. Y, por lo que me dijo, ya se veían venir importantes cambios de política y de actitud.
"No creo que un viaje pueda cambiar una larga historia de sospechas", afirmó, refiriéndose a la percepción generalizada de que Estados Unidos se había olvidado de América Latina durante ocho años. "Pero sí creo que podemos empezar a hacer mejoras... Independientemente de que estos gobiernos sean de centro-izquierda o centro-derecha, todos estamos concentrados en fortalecer la economía y en mejorar las oportunidades y la educación para nuestra gente".
El mensaje de Obama es nuevo:
"Dejemos de pelear las viejas peleas del siglo 20; ya estamos en el siglo 21... Tenemos que asegurarnos que nuestra política exterior esté basada en el respeto mutuo y en los intereses mutuos: Se acabaron los días en que Estados Unidos era el "Big Brother" y el resto de los países eran el hermano menor".
El cambio más evidente de está nueva actitud del gobierno norteamericano es con Cuba. Obama no quiere seguir el mismo camino que los otros 10 presidentes de Estados Unidos que fracasaron en sacar a Fidel Castro del poder. Por eso eliminó las restricciones a los viajes y remesas de cubano-americanos a la isla. Ahora podrán viajar y enviar todo lo que quieran. E incluso, estaría dispuesto a establecer contactos políticos y comerciales con el gobierno de La Habana.
Pero los críticos de Obama dicen que estas medidas, lejos de promover la democracia, refuerzan la dictadura.
"Ese argumento se ha empleado durante 50 años y nada ha cambiado", les respondió el presidente. "Así que mi actitud es que si empezamos a ver más viajes a Cuba, y si enviamos más remesas a Cuba que ayuden a las familias cubanas, entonces les vamos a dar más poder y más recursos. Con el tiempo creo que podemos cambiar la dinámica en Cuba de manera que estas medidas promuevan la libertad, el derecho a la libertad de expresión, la libertad religiosa, la libertad de viajar... Durante 50 años el statu quo no ha promovido la libertad y la democracia en Cuba... Estoy dispuesto a tratar cosas nuevas para romper los viejos patrones".
El cambio en la actitud hacia México también es palpable. El sabe que los millones de norteamericanos que usan drogas y las armas estadounidenses son, en buena parte, culpables de la narcoviolencia en México.
Por eso "es importante decir que no me has oído criticar al gobierno del presidente (Felipe) Calderón acerca de la violencia allá", apuntó. "Al contrario, he reconocido su esfuerzo porque creo que está tomando unos pasos muy valientes y difíciles para enfrentar este problema".
Y aunque no se quiso comprometer a prohibir el uso de armas de asalto en Estados Unidos _ que muchas veces terminan en manos de narcotraficantes mexicanos _ sí propuso una nueva filosofía de responsabilidad compartida: "Mi actitud es que Estados Unidos y México tienen que ser socios en este proceso".
No me podía ir sin preguntarle sobre su promesa de campaña de legalizar a millones de indocumentados durante su primer año de gobierno. ¿Cumplirá su palabra a pesar de la actual crisis económica?
"Yo voy, absolutamente, a cumplir mi promesa de buscar una reforma migratoria", aseguró. Pero dejó claro que las cosas no dependen de él únicamente, sino también del Congreso. "No puedo garantizar que tendré una ley sobre mi escritorio antes de que termine el año. Pero lo que sí puedo garantizar es que el proceso seguirá adelante".
¿Suspenderá las redadas hasta que haya una reforma migratoria? "Como tu sabes, le pedí a Janet Napolitano, la secretaria de Seguridad Nacional, que revise las políticas respecto a las redadas y me van a llegar sus recomendaciones... Sigo creyendo que no se puede resolver con redadas el problema".
Y por último Obama habló de fútbol. El _ que jugó sóccer cuando era niño en Indonesia y cuyas hijas también lo han jugado _ quiere que Estados Unidos sea la sede de la Copa Mundial en el 2018 ó 2022.
"Creo que tener aquí la Copa sería algo enorme para este deporte en Estados Unidos", concluyó. "Es el evento deportivo más grande del mundo ¿por qué no tenerlo en Estados Unidos?"
Obama ya no quiere que Estados Unidos sea el hermano mayor del continente. Y ahora, al menos en lo que se refiere al fútbol, quiere invitar a todos a jugar a su casa. Pero a pesar de las mejores intenciones de Obama, será difícil olvidar que, en muchos sentidos, Estados Unidos sigue siendo el dueño del balón.
Traiciones Mortales
¿Quién informó al cártel de los hermanos Beltrán Leyva a dónde, cuándo, cómo y quiénes trasladarían a Jerónimo Gámez García, su operador financiero, a una cárcel en Tepic? Esa infidencia provocó un espectacular intento de rescate con más de 30 sicarios atacando a fuerzas federales y militares, que aunque al final resultó fallido, dejó en el camino a seis agentes federales y dos funcionarios penitenciarios muertos, toque de queda en la capital nayarita y una sensación de miedo generalizada que afectó la vida cotidiana en la comunidad. Mientras tanto, quien informó a los Beltrán Leyva los detalles del traslado de Gámez García, debe estar durmiendo sin problema, luego de haber desquitado la paga del crimen organizado.
Pero ¿quién fue? La pregunta ha sido elevada desde distintos medios en los últimos días. ¿Quién informó del operativo? Nadie, fuera de las áreas de seguridad del gobierno federal tenía acceso a esa información. Tuvo que haber sido transmitida con tiempo suficiente para que se preparara la operación de rescate con varias decenas de sicarios, porque una acción de esa naturaleza no puede ser improvisada. ¿Quién fue? Altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal se deslindaron desde el domingo, al señalar que la operación y la logística recayó en la PGR. En pocas palabras, lo que dijeron es que si hubo una filtración a los Beltrán Leyva, la fuente más probable se encuentra dentro de la PGR. La dependencia no ha respondido nada ante esa imputación, que lo único que vuelve a dejar claro es la interminable pugna entre las dos áreas civiles que combaten al narcotráfico.
¿Dónde están los traidores? La pregunta ha perseguido al gobierno de Felipe Calderón, que ya tuvo que sufrir la infiltración de todos los cárteles en la Subsecretaría para las Investigaciones contra la Delincuencia Organizada, la famosa Siedo, que era la que tenía que combatirlos, y obligar a una purga de varios meses. El problema de las filtraciones no es nuevo, y Calderón lo hereda del gobierno de Vicente Fox, en donde parecen haberse anidado varias de las redes de complicidades que han dejado trunca la lucha contra el narcotráfico, y donde las sospechas y desconfianzas entre todas las áreas a las que les encargaron combatir al narco, hacen que muchas veces operen individualmente sin el conocimiento de las demás dependencias por el temor de las traiciones.
Las traiciones no siempre salen de la PGR. Traidores hay en todas las dependencias. La Secretaría de Seguridad Pública Federal ha encontrado mandos superiores al servicio de los cárteles, y dentro de las propias Fuerzas Armadas han descubierto oficiales de alto rango en la nómina de los narcotraficantes. Hay también casos donde, a decir por las secuelas, han servido inopinadamente a los cárteles, como el del ex procurador general, Rafael Macedo de la Concha, quien detuvo una operación de agentes federales que le pidieron autorización para arrestar a Joaquín "El Chapo" Guzmán, a quien tenían perfectamente localizado, y que se las negó. Lesdijo que lo dejaran al Ejército, pero cuando la tropa llegó al rancho tres días después, ya se había ido.
En tres ocasiones más, de acuerdo con lo informado al gabinete de seguridad del ex presidente Fox, estuvieron a punto de capturar a Guzmán. En tres ocasiones, las intervenciones de funcionarios federales, impidieron la captura. Algo similar sucedió cuando el entonces director de la Siedo, José Luis Santiago Vasconcelos, estaba investigando al coordinador de Giras Presidenciales de Fox, Nahúm Acosta Lugo, cuyo número de teléfono celular estaba registrado en un teléfono encontrado en un decomiso a propiedades de Arturo Beltrán Leyva. La investigación llevaba su curso cuando un funcionario federal le contó al periodista Francisco Garfias sobre el caso. La publicación causó al final una especie de sabotaje de la investigación, que Santiago Vasconcelos lamentó hasta su muerte. La PGR tuvo que detener prematuramente a Acosta, pero con las pruebas insuficientes que hasta el momento tenían, nunca pudieron mantenerlo en la cárcel.
En este sexenio, Beltrán Leyva estuvo a punto de ser detenido en la casa donde vivía en el Pedregal de San Ángel, al sur de la ciudad de México. Una unidad de élite fue por él, pero cuando llegaron a la residencia, 20 minutos después de haber partido, ya no estaba. Alguien le informó que iban tras él. Sobre la mesa encontraron todavía los alimentos calientes. Ha habido otros casos donde han llegado comandos de fuerzas federales a un operativo donde resulta que los estaban esperando, como consecuencia de alguna infidencia. Dentro del Ejército no confían ni en la Secretaría de Seguridad Pública, ni en la PGR, porque han tenido experiencias donde cuando llegan a detener a un capo, o ya se fugó, o son emboscados. El caso de traición más notorio, por lo público, se dio el año pasado cuando "pusieron" al coordinador de seguridad regional de la Policía Federal, Édgar Millán, quien fue asesinado dentro de una casa a la cual llegó a descansar unas horas por mero accidente, y a donde tenía tiempo de no frecuentar.
El intento de rescate en Tepic que por lo demás, es un modus operandi de los Beltrán Leyva-, es el recordatorio trágico de una deuda pendiente: los traidores dentro del gobierno federal. Son funcionarios en puestos de mando operativo o de inteligencia que tienen acceso a información sobre operativos que van a ser puestos en marcha, con el tiempo suficiente horas o minutos, incluso-, para que puedan alertar a sus patrones en el narcotráfico y cambiar el destino de la guerra contra el narcotráfico. Si no se acaba con ellos, la derrota de los cárteles será meramente una ilusión. Si no se erradica la impunidad y se lucha contra la corrupción interna, esa guerra también será inútil.
Pero ¿quién fue? La pregunta ha sido elevada desde distintos medios en los últimos días. ¿Quién informó del operativo? Nadie, fuera de las áreas de seguridad del gobierno federal tenía acceso a esa información. Tuvo que haber sido transmitida con tiempo suficiente para que se preparara la operación de rescate con varias decenas de sicarios, porque una acción de esa naturaleza no puede ser improvisada. ¿Quién fue? Altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal se deslindaron desde el domingo, al señalar que la operación y la logística recayó en la PGR. En pocas palabras, lo que dijeron es que si hubo una filtración a los Beltrán Leyva, la fuente más probable se encuentra dentro de la PGR. La dependencia no ha respondido nada ante esa imputación, que lo único que vuelve a dejar claro es la interminable pugna entre las dos áreas civiles que combaten al narcotráfico.
¿Dónde están los traidores? La pregunta ha perseguido al gobierno de Felipe Calderón, que ya tuvo que sufrir la infiltración de todos los cárteles en la Subsecretaría para las Investigaciones contra la Delincuencia Organizada, la famosa Siedo, que era la que tenía que combatirlos, y obligar a una purga de varios meses. El problema de las filtraciones no es nuevo, y Calderón lo hereda del gobierno de Vicente Fox, en donde parecen haberse anidado varias de las redes de complicidades que han dejado trunca la lucha contra el narcotráfico, y donde las sospechas y desconfianzas entre todas las áreas a las que les encargaron combatir al narco, hacen que muchas veces operen individualmente sin el conocimiento de las demás dependencias por el temor de las traiciones.
Las traiciones no siempre salen de la PGR. Traidores hay en todas las dependencias. La Secretaría de Seguridad Pública Federal ha encontrado mandos superiores al servicio de los cárteles, y dentro de las propias Fuerzas Armadas han descubierto oficiales de alto rango en la nómina de los narcotraficantes. Hay también casos donde, a decir por las secuelas, han servido inopinadamente a los cárteles, como el del ex procurador general, Rafael Macedo de la Concha, quien detuvo una operación de agentes federales que le pidieron autorización para arrestar a Joaquín "El Chapo" Guzmán, a quien tenían perfectamente localizado, y que se las negó. Lesdijo que lo dejaran al Ejército, pero cuando la tropa llegó al rancho tres días después, ya se había ido.
En tres ocasiones más, de acuerdo con lo informado al gabinete de seguridad del ex presidente Fox, estuvieron a punto de capturar a Guzmán. En tres ocasiones, las intervenciones de funcionarios federales, impidieron la captura. Algo similar sucedió cuando el entonces director de la Siedo, José Luis Santiago Vasconcelos, estaba investigando al coordinador de Giras Presidenciales de Fox, Nahúm Acosta Lugo, cuyo número de teléfono celular estaba registrado en un teléfono encontrado en un decomiso a propiedades de Arturo Beltrán Leyva. La investigación llevaba su curso cuando un funcionario federal le contó al periodista Francisco Garfias sobre el caso. La publicación causó al final una especie de sabotaje de la investigación, que Santiago Vasconcelos lamentó hasta su muerte. La PGR tuvo que detener prematuramente a Acosta, pero con las pruebas insuficientes que hasta el momento tenían, nunca pudieron mantenerlo en la cárcel.
En este sexenio, Beltrán Leyva estuvo a punto de ser detenido en la casa donde vivía en el Pedregal de San Ángel, al sur de la ciudad de México. Una unidad de élite fue por él, pero cuando llegaron a la residencia, 20 minutos después de haber partido, ya no estaba. Alguien le informó que iban tras él. Sobre la mesa encontraron todavía los alimentos calientes. Ha habido otros casos donde han llegado comandos de fuerzas federales a un operativo donde resulta que los estaban esperando, como consecuencia de alguna infidencia. Dentro del Ejército no confían ni en la Secretaría de Seguridad Pública, ni en la PGR, porque han tenido experiencias donde cuando llegan a detener a un capo, o ya se fugó, o son emboscados. El caso de traición más notorio, por lo público, se dio el año pasado cuando "pusieron" al coordinador de seguridad regional de la Policía Federal, Édgar Millán, quien fue asesinado dentro de una casa a la cual llegó a descansar unas horas por mero accidente, y a donde tenía tiempo de no frecuentar.
El intento de rescate en Tepic que por lo demás, es un modus operandi de los Beltrán Leyva-, es el recordatorio trágico de una deuda pendiente: los traidores dentro del gobierno federal. Son funcionarios en puestos de mando operativo o de inteligencia que tienen acceso a información sobre operativos que van a ser puestos en marcha, con el tiempo suficiente horas o minutos, incluso-, para que puedan alertar a sus patrones en el narcotráfico y cambiar el destino de la guerra contra el narcotráfico. Si no se acaba con ellos, la derrota de los cárteles será meramente una ilusión. Si no se erradica la impunidad y se lucha contra la corrupción interna, esa guerra también será inútil.
miércoles, 1 de abril de 2009
El retrato de México en los EU
Regreso de los EU con una preocupación: la cobertura que la televisión de ese país le está dando a México. En mi viaje observé varios reportes de las cadenas de televisión y los canales noticiosos. En todos noté una cobertura alarmista, estridente, desequilibrada y sin matices.
Aclaro que todas las historias que vi son ciertas. El crecimiento del crimen organizado en México. Las seis mil ejecuciones del año pasado. El incremento en los secuestros y extorciones. El control que los delincuentes tienen de ciertos territorios. El peligro de que la violencia se pase al otro lado del Río Bravo. Sería una necedad negar esta realidad. Pero lo que no vi es el otro lado de la moneda. La gran demanda de drogas que existe en los EU y que alimenta el negocio de los narcotraficantes. La exportación de armas estadounidenses, propias del mejor ejército, a los delincuentes mexicanos. El esfuerzo del gobierno de México por restablecer la autoridad del Estado. Los policías y soldados honestos que han muerto en esta guerra. También es una necedad negar esta realidad.
Joseph Stalin decía que "la muerte de un millón de soldados soviéticos es una estadística; la muerte de un soldado soviético es una tragedia". Los productores de los noticieros estadounidenses siguen este principio. Saben que al público no le interesan las estadísticas; son las tragedias lo que más atrae a las audiencias. En este sentido, observé varias historias personales que efectivamente ponen los pelos de punta. La de una familia estadounidense secuestrada en Tijuana que vivió horas aciagas creyendo que los matarían. La de una balacera a plena luz del día en una avenida de Ciudad Juárez. Lo que no vi fueron las otras historias. La del junkie texano que viene a picarse a Nuevo Laredo. O la del soldado oaxaqueño que murió acribillado en el cumplimiento de su deber en Reynosa.
No hay duda: México se ha convertido en noticia en los EU. Por un lado, la guerra en contra del terrorismo ya no atrae la misma atención en los estadounidenses en la medida en que no ha habido un atentado en su territorio desde el 11 de septiembre del 2001. La guerra en Irak ya tampoco tiene la misma cobertura debido a que la violencia en ese país ha caído. Además, los estadounidenses pronto abandonarán esa nación. Lo que hoy llama la atención, por razones obvias, es la crisis económica. Pero no todo el noticiero se puede dedicar a las penurias de la economía. De ahí la necesidad de encontrar nuevos temas. Y resulta que en el vecino del sur, tan cerca, hay una guerra violenta con historias de gran valor noticioso: decapitados, pozoleros, policías corruptos, ciudadanos exasperados y delincuentes multimillonarios.
Nadie puede dudar del valor periodístico de esta realidad. Lo que falta es equilibrio. Se extrañan los matices. Al ver estas coberturas, uno piensa que todo México es igual. Que Querétaro es Juárez. O que cualquier estadounidense puede ser secuestrado en Vallarta como efectivamente ocurre en Tijuana. Nadie menciona, por cierto, que las ciudades más violentas de México están en la frontera con los EU. ¿Por qué será?
Sobre la frontera, la mejor cobertura que he visto fue la de Anthony Bourdain. Se trata de un chef neoyorquino que viaja por todo el mundo buscando experiencias culinarias únicas. Hace poco viajó a la franja fronteriza entre México y los EU. Definió el lado mexicano como "pueblos construidos para satisfacer el apetito legítimo y de otro tipo de los gabachos [ ] Son más para nosotros. Un lugar anónimo donde podemos satisfacer nuestros impulsos más oscuros y salvajes. Es más un reflejo del lado estadounidense, que del verdadero México". Me pareció una definición muy atinada. Mejor que la de cualquier periodista. Por desgracia, el programa de Bourdain aparece en el Travel Channel y no en las principales cadenas estadounidenses.
La verdad es que no me sorprende lo estridente y alarmista de la cobertura de México en los EU. Y es que así es la televisión en ese país. En el magnífico libro The Culture of Fear: Why Americans Are Afraid of the Wrong Things, el sociólogo Barry Glassner, comprueba como la televisión de los EU asusta a sus audiencias: "Los programas noticiosos televisivos sobreviven gracias al espanto. En los programas locales, donde los productores viven bajo el dictado de ?si sangra, sale', las historias sobre drogas, crimen y desastres constituyen la mayor porción de las noticias [ ] Después de la cena, vienen los programa de magazine noticioso cuyas principales guías parecen ser que no hay peligro chico que no pueda ser magnificado como una pesadilla nacional". Por eso, por ejemplo, los estadounidenses piensan que el crimen crece en sus comunidades cuando estadísticamente está bajando. Una historia escandalosa, estridente y alarmante cambia la percepción de lo que realmente ocurre.
Tengo amigos y parientes que residen en los EU. Me llama la atención el miedo con que viven. Constantemente se están cuidando de enfermedades raras. Leen los avisos de los juguetes para ver qué peligros engendran. Creen que la violencia llegará a su vecindario en cualquier momento. Todo porque vieron alguna noticia alarmante en el noticiero. No sorprende, entonces, que ahora se rehúsen a viajar a México. Y si vienen, por razones familiares, se regresan rápido. Piensan que los que vivimos en México estamos locos. Nos cuestionan si no tenemos miedo a que nos secuestren o asesinen. Nos ven raro por vivir en este país de bárbaros, tal y como nos retratan sus televisoras. Lo que pocos saben es que hay lugares igual de peligrosos que Ciudad Juárez en los EU. Que se den una vuelta por Anacostia para ver cómo se vive en este barrio de la capital estadounidense. Eso, por supuesto, si la policía les permite entrar.
Aclaro que todas las historias que vi son ciertas. El crecimiento del crimen organizado en México. Las seis mil ejecuciones del año pasado. El incremento en los secuestros y extorciones. El control que los delincuentes tienen de ciertos territorios. El peligro de que la violencia se pase al otro lado del Río Bravo. Sería una necedad negar esta realidad. Pero lo que no vi es el otro lado de la moneda. La gran demanda de drogas que existe en los EU y que alimenta el negocio de los narcotraficantes. La exportación de armas estadounidenses, propias del mejor ejército, a los delincuentes mexicanos. El esfuerzo del gobierno de México por restablecer la autoridad del Estado. Los policías y soldados honestos que han muerto en esta guerra. También es una necedad negar esta realidad.
Joseph Stalin decía que "la muerte de un millón de soldados soviéticos es una estadística; la muerte de un soldado soviético es una tragedia". Los productores de los noticieros estadounidenses siguen este principio. Saben que al público no le interesan las estadísticas; son las tragedias lo que más atrae a las audiencias. En este sentido, observé varias historias personales que efectivamente ponen los pelos de punta. La de una familia estadounidense secuestrada en Tijuana que vivió horas aciagas creyendo que los matarían. La de una balacera a plena luz del día en una avenida de Ciudad Juárez. Lo que no vi fueron las otras historias. La del junkie texano que viene a picarse a Nuevo Laredo. O la del soldado oaxaqueño que murió acribillado en el cumplimiento de su deber en Reynosa.
No hay duda: México se ha convertido en noticia en los EU. Por un lado, la guerra en contra del terrorismo ya no atrae la misma atención en los estadounidenses en la medida en que no ha habido un atentado en su territorio desde el 11 de septiembre del 2001. La guerra en Irak ya tampoco tiene la misma cobertura debido a que la violencia en ese país ha caído. Además, los estadounidenses pronto abandonarán esa nación. Lo que hoy llama la atención, por razones obvias, es la crisis económica. Pero no todo el noticiero se puede dedicar a las penurias de la economía. De ahí la necesidad de encontrar nuevos temas. Y resulta que en el vecino del sur, tan cerca, hay una guerra violenta con historias de gran valor noticioso: decapitados, pozoleros, policías corruptos, ciudadanos exasperados y delincuentes multimillonarios.
Nadie puede dudar del valor periodístico de esta realidad. Lo que falta es equilibrio. Se extrañan los matices. Al ver estas coberturas, uno piensa que todo México es igual. Que Querétaro es Juárez. O que cualquier estadounidense puede ser secuestrado en Vallarta como efectivamente ocurre en Tijuana. Nadie menciona, por cierto, que las ciudades más violentas de México están en la frontera con los EU. ¿Por qué será?
Sobre la frontera, la mejor cobertura que he visto fue la de Anthony Bourdain. Se trata de un chef neoyorquino que viaja por todo el mundo buscando experiencias culinarias únicas. Hace poco viajó a la franja fronteriza entre México y los EU. Definió el lado mexicano como "pueblos construidos para satisfacer el apetito legítimo y de otro tipo de los gabachos [ ] Son más para nosotros. Un lugar anónimo donde podemos satisfacer nuestros impulsos más oscuros y salvajes. Es más un reflejo del lado estadounidense, que del verdadero México". Me pareció una definición muy atinada. Mejor que la de cualquier periodista. Por desgracia, el programa de Bourdain aparece en el Travel Channel y no en las principales cadenas estadounidenses.
La verdad es que no me sorprende lo estridente y alarmista de la cobertura de México en los EU. Y es que así es la televisión en ese país. En el magnífico libro The Culture of Fear: Why Americans Are Afraid of the Wrong Things, el sociólogo Barry Glassner, comprueba como la televisión de los EU asusta a sus audiencias: "Los programas noticiosos televisivos sobreviven gracias al espanto. En los programas locales, donde los productores viven bajo el dictado de ?si sangra, sale', las historias sobre drogas, crimen y desastres constituyen la mayor porción de las noticias [ ] Después de la cena, vienen los programa de magazine noticioso cuyas principales guías parecen ser que no hay peligro chico que no pueda ser magnificado como una pesadilla nacional". Por eso, por ejemplo, los estadounidenses piensan que el crimen crece en sus comunidades cuando estadísticamente está bajando. Una historia escandalosa, estridente y alarmante cambia la percepción de lo que realmente ocurre.
Tengo amigos y parientes que residen en los EU. Me llama la atención el miedo con que viven. Constantemente se están cuidando de enfermedades raras. Leen los avisos de los juguetes para ver qué peligros engendran. Creen que la violencia llegará a su vecindario en cualquier momento. Todo porque vieron alguna noticia alarmante en el noticiero. No sorprende, entonces, que ahora se rehúsen a viajar a México. Y si vienen, por razones familiares, se regresan rápido. Piensan que los que vivimos en México estamos locos. Nos cuestionan si no tenemos miedo a que nos secuestren o asesinen. Nos ven raro por vivir en este país de bárbaros, tal y como nos retratan sus televisoras. Lo que pocos saben es que hay lugares igual de peligrosos que Ciudad Juárez en los EU. Que se den una vuelta por Anacostia para ver cómo se vive en este barrio de la capital estadounidense. Eso, por supuesto, si la policía les permite entrar.
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